Carta al director

¿Dónde se reencuentra Chile?

Por: Diario Concepción 15 de Noviembre 2018

Señor Director:

45 años, y las minorías organizadas siguen haciéndonos creer que Chile es un país polarizado donde la historia se escribe o se cuenta de acuerdo a politizaciones propias de fanaticadas que se empecinan en hacernos creer a la mayoría que no se organiza que ellos son dueños de una verdad que debe imponerse a estas alturas más que por la razón, por la fuerza, contradiciendo con ello el discurso que quiéranlo o no da origen a la discusión.

¿45 años ya, desde que aquel Chile casi paradisíaco que tránsito hacia el oscurantismo que privo de libertades a muchos, o 45 años ya desde que un grupo de soldados empujados por los mismos gestores del caos decidieron poner fin a 1000 días de una mala historia ? Lo cierto es que desde ese entonces cada sector enarbola banderas, rasga vestiduras y alza la voz tratando de imponer su razón con la impronta propia de quien prefiere omitir que su interlocutor tiene el legítimo derecho de pensar y de opinar distinto. Desde esa mirada no es extraño que los Bolsonaros, Lulas, Bachellets, Piñeras pasen de ser figuras a apocalípticas para unos a ser casi la reencarnación del mesías para otros.

En Chile se ha hecho común polarizarlo todo, interpretarlo todo, encasillarlo todo, arrojando todo con cada argumento hacia uno de los extremos, como dando por sentado que existe una inmensa mayoría que se cobija en el mas allá de o en el mas a acá de.

De apoco hemos construido a través de los medios una sociedad que parece dibujarse solo en blanco y negro, sin matices y donde un SI siempre encontrara como respuesta un NO sin dar la posibilidad del más mínimo tal vez, bajo ese discurso que construyen minorías polarizadas ser conservador de derecha y vivir en una población periférica es una contradicción vital tanto a más extrema que ser de izquierda y ser un empresario acaudalado y exitoso, así y todo en el barrio alto siguen juntándose en el club de moda aquellos que en sus discursos nos polarizan pero que en la práctica pagan la misma membresía para sentirse parte de una élite que no está en un extremo sino que sobre todo lo que pretenden polarizar, porque convengámoslo, existe una inmensa mayoría que no se organiza y que mucho menos se hace escuchar, una mayoría que no marcha, que no vota, que no participa, porque los extremos no los representan, una mayoría donde no es contradictorio estar en contra del aborto y creer en la pena de muerte, una inmensa mayoría donde la sexualidad de cada uno es un derecho que se respeta pero que debe mantenerse en parámetros que no parezcan imposiciones , esa misma mayoría celebro el aborto en tres causales pero se avergüenza cuando piensa en la posibilidad de que su hija o sobrina tenga que tomar la pastilla del día después, esa misma mayoría respeta los derechos humanos sin hacer miramientos pero no le tiembla la voz cuando dice que la castración química para pederastas debe ser una real posibilidad.

En términos simples, ser blanco o negro en una inmensa mayoría no es opción, ser rojo o azul no produce mayores motivaciones, porque esa mayoría sabe que aceptar lo bueno de un extremo no lo hace estar en contra de algo o alguien, porque sabe que mañana en el otro extremo también puede encontrar algo que los represente, así las democracias pasan de Lulas a Bolsonaros, de Bachellet a Piñera sin traumas y complejos dejando a las minorías polarizadas persiguiéndose la cola y llenando portadas tratando de explicar y justificar lo que para ellos simplemente no tendrá jamás explicación sin el mea culpa necesario en el que se asuma que más allá de los extremos existe una mayoría que no se organiza pero en cada elección es capaz de sorprender más bien rechazando una oferta que aceptando otra.

Así y todo seguirán polarizándose los argumentos, seguirán los liderazgos de cada extremo regalándonos portadas , seguirán todos tratando de administrar el poder con miradas apocalípticas, olvidando todos que hay una inmensa mayoría que los observa y que se aburre, porque finalmente aquellos que no gozan de los privilegios que da el poder seguirán teniendo posiciones a favor o en contra en uno u otro sentido, pero tras cada jornada en el reencuentro familiar de la ultima cena o el ultimo café se decide todo con matices que no permiten extremos y donde los consensos se hacen mayorías.

Cristian Pareja Diaz 

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