Carta al director

Familia y natalidad

Por: Diario Concepción 23 de Octubre 2018

Señor Director:

El reciente anuncio presidencial que busca generar incentivos a la natalidad en las familias que decidan tener un nuevo hijo es una señal que va en el camino correcto para enfrentar un problema de ecología humana con claras implicancias económicas y sociales. El problema del envejecimiento de la población chilena en la actualidad es sólo un pálido reflejo de lo que nos tocará enfrentar en el futuro mediato como una verdadera amenaza a la sustentabilidad de las políticas sociales.

Una propuesta para revertir esta disarmonía demográfica, consecuencia en gran parte de una política de planificación familiar restrictiva durante los últimos 50 años, pasa necesariamente por fortalecer a las familias y que estas alcancen sus expectativas de natalidad, superando un enfoque de trato indiferenciado de paridad alcanzada, por parte del Estado y de la sociedad civil.

Es por tanto necesario rescatar el rol solidario y subsidiario del Estado hacia la familia – sujeto de desarrollo y capital social –  para que más familias sean más familia, generando los apoyos para fortalecer sus vínculos, permitiendo efectivamente que el discernimiento sobre la natalidad no esté condicionado de manera tan negativa por mayores gastos en vivienda, educación, alimentación, conciliación trabajo-familia, etc. que se traducen lamentablemente en la práctica, en una nivelación hacia abajo en el número de hijos.

Sin embargo, las medidas de carácter económico que imaginemos no serán probablemente efectivas si no se promueve y asume libremente un cambio cultural, social y personal asociado a una mirada de esperanza en el futuro, muchas veces incubada en el seno de la experiencia de vida de familias estables, sanas y numerosas.

Quizás por lo mismo no sólo haya que apostar al futuro, como es el énfasis de la medida anunciada por el gobierno, sino que sea necesario otorgar derechos especiales a las familias numerosas en el presente, testimonio en los hechos del vivir una alta dosis de coraje, responsabilidad parental, trabajo y renuncia, de manera de re-dignificar su significado cultural, hoy desvalorizado, en una sociedad envejecida e individualista. Para ello una nueva política familiar es necesaria.

Dr. Cristián Vargas M.
Sub Director Médico
MELISA Institute

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