Carta al director

Medicamentos y alergias

Por: Diario Concepción 15 de Octubre 2018

Señor director:

En primavera la carga de alérgenos en el aire se incrementa considerablemente producto del polen liberado por las plantas en floración, lo que provoca que un número creciente de personas sufran en este periodo de cuadros de alergias estacionales, padeciendo síntomas como los estornudos, prurito ocular, irritación de las vías respiratorias y escozor cutáneo, entre otros. Por esta causa, los antihistamínicos se transforman en uno de los grupos farmacológicos de mayor consumo en esta época del año.

A su uso masivo contribuye, además, el hecho de ser fármacos de fácil acceso, lo que propicia la automedicación, por lo que es importante conocer tanto sus propiedades como los riesgos asociados a su empleo.

Los primeros antihistamínicos que salieron al mercado, son los denominados de primera generación, entre los que se encuentran la clorfenamina y la difenhidramina. Estos poseen marcados efectos sedantes, debido a que inhiben la acción de la histamina a nivel del sistema nervioso central, lugar donde esta sustancia interviene en la regulación de los estados de sueño y vigilia.

Hasta el 50% de las personas que consumen estos medicamentos, desarrollan somnolencia y disminución de la concentración, limitando su capacidad para manejar y su rendimiento laboral.

Los adultos, además, pueden desarrollar estados de depresión y ansiedad, aunque paradójicamente, en algunos casos se observan reacciones de hiperactividad e insomnio.

Los antihistamínicos de primera generación producen un marcado efecto anticolinérgico, por lo que intervienen en el equilibrio del sistema nervioso, produciendo por esta causa, efectos adversos como sequedad bucal, taquicardias, dificultades en la visión, disfunción eréctil, retención urinaria y estreñimiento, entre otros.

José Manuel Delgado
Académico Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello

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