Carta al director

El running y la extinción del miedo

Por: Diario Concepción 14 de Junio 2018
Fotografía: Archivo

Cuando uno lleva un par de años practicando trote, mira con “cariño” los progresos que uno fue teniendo en los avances de las distancias y en la diversificación de los terrenos utilizados para practicar la disciplina. En este sentido me resulta interesante ver cómo el aumento en los kilómetros, nos permite ir dejando atrás ciertas aprehensiones que nos depara el no saber como reaccionará nuestro cuerpo/mente con los nuevos desafíos.

Con agrado vamos viendo también que la metáfora de progresión y el enfrentamiento de nuevas distancias se va ampliando a otras áreas de nuestra ocupacionalidad. Constantemente la autoinstrucción “hay que seguir adelante nomás…”, “ya falta poco…”, “si comencé esta carrera tengo que terminarla…”, comienzan a formar parte de nuestras “otras” áreas de funcionamiento en la vida (familia, amigos, trabajo, estudios). Vamos viendo que esas aprehensiones de no ser capaz se van disipando y por devenir se nos van abriendo puertas que nunca realmente habíamos pensado abrir. En esta elaboración me encontré con un trabajo de Margaret Tanner, Holly Hake, Courtney Bouchet y Benjamím Greenwood, publicado en el Neurobiology of Learning and Memory a fines de marzo del presente año.

El equipo de investigación de las Universidades de Denver y de Oregon en Estados Unidos, hacen una revisión bibliográfica en donde se refuerza con argumentos tangibles la idea de que el ejercicio, en este caso el running (eventualmente puede ser otro), podría resultar ser un factor protector en sí mismo para el mantenimiento del bienestar y la salud mental de quienes lo practican. En el artículo presentan un estado actual del conocimiento sobre los efectos del ejercicio en la extinción del miedo y a nivel psicológico plantean las mejorías que genera a nivel cognitivo la practica de ejercicio. En este sentido, podríamos inferir el aporte de éste en la cualidad que damos a nuestros propios pensamientos en relación a situaciones que en la vida cotidiana nos pudieran parecer desagradables, adversas e incontrolables.

Si bien al respecto queda mucho paño que cortar en términos de investigación y conocimiento, lo cierto es que mi experiencia me dice algo debe haber. Termino de escribir esto y me voy a trotar.

Pablo Vergara Barra
Psicólogo del Desarrollo Infantil
Académico Depto. Psiquiatría y Salud Mental
Universidad de Concepción
Miembro SER Runners Concepción

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