Señor Director:
En el contexto del debate nacional en torno a los temas de equidad y género, el gobierno ha decidido avanzar en proyectos de ley que buscan resolver problemas históricos que se han alimentado de la discriminación y la desigualdad.
Una importante iniciativa busca priorizar el tema de la violencia de las parejas adolescentes. Esta es una deuda de nuestra sociedad doblemente importante ya que a los factores de discriminación de género también se agrega que la propia adolescencia es muchas veces postergada y sus necesidades y problemáticas invisibilizadas. Este grupo, sin embargo, ha ido tomando relevancia por sus características y requerimientos propios, distintos a otros segmentos etarios.
La violencia en el pololeo tiene similitudes con la que se da entre adultos y, efectivamente, es en esta etapa inicial donde comienzan las dinámicas que pueden ir en escalada, traduciéndose en las situaciones de mayor gravedad que se producen durante la adultez.
Pero, sobre todo, los escenarios de violencia de pareja adolescente revisten máxima importancia debido a sus características propias como violencia recíproca, inserta en los cambios tecnológicos -expresada directamente y a través de todos los medios disponibles de redes sociales- y muchas veces normalizada en medio de las formas que los jóvenes utilizan para comunicarse, divertirse y resolver conflictos.
Situar este tema en el debate nacional implica reconocer esta realidad frente a los propios adolescentes para que la problematicen, pesquisen y denuncien. Muchas veces los que la sufren -víctima y victimario- no la ven, pero sus pares y sus amigos cercanos son los testigos.
Contar con nuevas herramientas legales en este ámbito es crucial si como sociedad valoramos el desarrollo de vínculos íntimos sanos.
María Elisa Molina, PhD
Psicóloga, directora de la Unidad de Investigación Terapia de Parejas
Universidad del Desarrollo