La conmoción que ha generado el caso de Katy Winter ha estado acompañada de la vociferación de teorías sobre qué motivó e influyó en la decisión de la joven. Sin embargo, sus padres han sido muy sensatos al dar luces del conflicto que hay tras estos episodios, cuando reflexionan respecto a cómo el hostigamiento es un error que comete la gran mayoría de la sociedad y, por tanto, se hace difícil cuestionar que no lo hagan también nuestros hijos.

Es innegable que Chile está viviendo una mayor apertura y aceptación de la diversidad que ha sido marcado, entre otros, por la migración, por los temas de género, de diversidad sexual, por nuevas leyes y convenciones sociales. Pero el mayor nivel de conciencia, educación y empatía en cada persona es determinante para generar, normalizar y arraigar estos cambios culturales que están cristalizados sólo en algunos sectores y que, en consecuencia, no han sido adoptados como valores prioritarios por gran parte de nuestros vehículos de cambio, como lo son colegios y liceos, y que podrían gatillar un punto de inflexión.

Recién estamos empezando a reconocer y a bajar las pesadas barreras de la desconfianza y del temor a la diferencia que nos han marcado. Hemos avanzado, pero queda mucho aún para desplazar la absurda disposición a levantar estereotipos y prejuicios sobre el otro, en lugar de reconocerlo distinto y hacernos cargo del respeto y la convivencia necesaria para el desarrollo. Asimismo, para que entendamos la importancia de fortalecer nuestro amor propio, aprendamos a tolerar la frustración, el miedo al fracaso o desarrollemos la valentía para ser quienes somos, de forma auténtica y libre.

Esperamos que la cultura de agresión que vemos en casos como el de Katy, y de indiferencia, que es una derivada de ésta, hacia grupos como personas mayores, PeSD, migrantes, o simplemente la marginación que realizamos por el lugar en que vivimos, sea tomada como bandera de lucha urgente por quienes podemos hacer una diferencia, para nosotros y nuestras futuras generaciones.

María José Escudero
Directora Ejecutiva Fundación Ronda