Carta al director

Encubrimiento culpable

Por: Diario Concepción 04 de Mayo 2018

Señor Director:

La larga lucha de las víctimas de Karadima contra la impunidad, ha dado frutos. No es necesario ser creyentes para dejar  de reconocer que el gesto del Papa Francisco para con las víctimas de Karadima tiene una enorme significación, no solamente religiosa, sino fundamentalmente política.

Por lo tanto, la lucha admirable y el coraje de Cruz, Murillo y Hamilton merecen el reconocimiento de la sociedad en su conjunto. En su   conferencia de prensa de Roma luego de sus entrevistas con el Papa, martillaron con fuerza en su duro alegato contra el encubrimiento de estos delitos cometidos por frailes. Al dar a conocer que le dijeron a Francisco que estas complicidades no constituyen un pecado sino un crimen, están entrando en el terreno de la justicia terrenal para los curas que deliberadamente actuaron como cómplices del pecaminoso Karadima, pero también han sostenido que esta práctica criminal se ha expandido en la Iglesia Universal. De allí entonces que la tarea que espera al Papa sea gigantesca y entraña peligros.

La gran pelea que han dado estos buenos chilenos sirve también para demostrar que la Iglesia chilena ,“la mejor iglesia de América Latina” de tiempos no tan lejanos, fue pervertida por los Karadima y también por otros. El ex párroco de El Bosque, sin duda un personaje siniestro, como varios otros pertenecientes al Opus y a los Legionarios, estuvo y  está ligado estrechamente a las familias santiaguinas más empingorotadas- más de 100 apellidos vinosos le entregaron apoyo cerrado en página del Mercurio-, la esencia misma de la “aristocracia” de los apellidos y de la plata. He allí entonces el filón claramente político de esta historia de lucha contra la lacra del encubrimiento de delitos que denunciaron con fuerza hoy en Roma tres chilenos bien nacidos.

¡Un abrazo para ellos! No me cabe duda que el Papa y los miles de sacerdotes fieles seguidores de la doctrina del Nazareno. Les han escuchado y que sabrán expulsar a fariseos y mercaderes del templo.

Dr. Ariel Ulloa

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