Señor Director:
Se dice que Concepción es la segunda capital de Chile, situación que debería instalarla, además, como una de las más modernas del país, sin embargo, su sistema de iluminación pública es arcaico, de pésima calidad y, por tanto, inseguro. A diferencia de las comunas vecinas que han efectuado inversiones millonarias en mejoras de su alumbrado, la ciudad penquista aún mantiene a las poblaciones de su periferia sumidas en verdaderas penumbras, lo cual influye directamente en sus altas tasas de delincuencia, ya que los malandras actúan prácticamente sobre seguro ante estas condiciones ideales para ejecutar sus torcidas acciones. Es de esperar que la autoridad corrija esta reprochable condición, ya que no basta con ser una ciudad importante de día, sino que también hay que parecerlo de noche.
Gary Parra Sanhueza