Carta al director

Nicanor Parra

Por: Diario Concepción 24 de Febrero 2018

1914: Los cielos se iluminaban con estruendosas explosiones, ráfagas de ametralladoras fugaces y mortíferas, ruidos de artillería surcaban las tierras áridas y baldías. No había tregua, la gran guerra se iniciaba estremeciendo a un mundo trémulo y estupefacto.

1914, 5 de septiembre: Se escuchó un gran ruido, un llanto estremeció la vida pleno de energía, desbordante, creció explotó en los cauces de la ironía, otra gran guerra se iniciaba. Se situó en trincheras descubiertas para enfrentar al enemigo cara a cara, afiló su pluma legendaria, sin temblor apunto a su objetivo…disparó… Las palabras explotaron cayendo en mil pedazos. Desplomaron las máscaras de las ideologías, las ataduras académicas, el drama. El lápiz agudo y certero avanzó sin tregua, ferozmente recorriendo todos los rincones de la poesía, la desnudó, la revistió de ruptura. La paradoja, la ironía, se fue instalando en ella.

En el campo de batalla de las letras había que avanzar rápido. Llegando a Estados Unidos se trasladó a Londres, le dijo a Shakespeare, voy y vuelvo, y regresó a Chile. En su calidad de docente, les confesó a sus alumnos que en la física mecánica del amor dos más dos son uno. La única, única, su amor verdadero cuyo rostro ya hace oculto en su añosa billetera.

Su gran guerra no ha sido de Las Dos Rosas, sino que más bien fue la guerra de Las Violetas, de Los Parras, de sus amores y desamores, de Tolo su nieto que le trabajó al recuerdo.

2014: 5 de setiembre. Se le rinde homenaje por salir indemne y creativo de la vida de cien años y en Chile de Arica a Punta Arenas, múltiples coros polifónicos, le otorgaron al poeta de los antipoemas, el galardón máximo al cuál puede aspirar un creador: “El Premio Nóbel Imaginario”.

2018, 23 de enero: Nicanor Parra, a los 103 años inicia un viaje que tan lúcidamente preparó. En la Catedral al día siguiente, autoridades y todo lo bueno que representa a un país lo despiden. Reposa para siempre en ese “artefacto poético”. “El voy y Vuelvo” resonará para siempre en la trama sideral de los espacios cósmicos de la poesía.

Gloria Abarca Berenguela

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