Carta al director

Síndrome del trabajador fundido

Por: Diario Concepción 15 de Febrero 2018

Señor Director:

El afán por controlar al otro en la pareja o en la educación de nuestros hijos, por llevarlos por una senda rígida, que no los tiene en cuenta, estropea nuestras relaciones familiares. Este intento de “controlar”, de encajar desde fuera lo personal y lo social sin respetar nuestra faceta personal, es igual de estéril, inútil.

Sucede que en esta carrera social por exigirnos y llegar el primero, como escribe Byung-Chul Han (filósofo) en su libro “La sociedad del cansancio”: “Se vive con la angustia de no hacer siempre todo lo que se puede, y si no se triunfa, es culpa de uno mismo. Uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando; es la pérfida lógica del neoliberalismo que culmina en el síndrome del trabajador fundido. Y la consecuencia, peor: Ya no hay contra quién dirigir la revolución, pues no hay otros de donde provenga la represión”.

Existe, lo percibo en todas partes, un deseo sincero de cambiar las cosas, de revolucionar esto, cosa que entiendo requiere empezar por un sencillo acto de darnos cuenta, de consciencia.

Gerardo Hernández Zorroza

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