Señor Director:
Entre la visita de Juan Pablo II en el año 1987 y la que comienza hoy Francisco, existe un Chile de diferencia.
Chile pasó de esperar de Juan Pablo II y de la Iglesia Católica, respuestas divinas a duras situaciones terrenales (Violación de los DD.HH.), y tras 31 años, a requerir de Francisco, respuestas, muy terrenales, por las indescriptibles situaciones, que no tienen nada de divinas (Pedofilia y abusos sexuales), en esta caso, en la propia Iglesia Católica. Un Chile de diferencia.
Luis Enrique Soler Milla