Señor Director:
Muchas veces, llegan pacientes preguntando por operaciones que buscan generar un cambio en la apariencia física, bajo el ilusionario de que la vida les va a cambiar, dándole oportunidades y eliminando de raíz problemas como divorcios, despidos y bullying, entre otros.
Es así, que toca ver bastante seguido a mujeres que piensan que una liposucción o abdominoplastía salvará su matrimonio, ejecutivos que creen que un rejuvenecimiento facial asegurará su trabajo o jóvenes que esperan que corrigiendo defectos físicos encajarán mejor dentro de su grupo de amigos.
No obstante, si bien una cirugía plástica puede mejorar la apariencia de una persona, eso no significa que les cambiará la vida. Esto, si bien parece ser de sentido común, no es entendido así por quienes tienen expectativas desmedidas frente a una operación.
Es misión de los cirujanos plásticos lidiar con esas expectativas, aterrizarlas y orientar al paciente, pues muchas veces vienen con una idea en la cabeza que es imposible de realizar, ya sea por contextura, tipo de piel, peso o simplemente porque busca resultados demasiado alejados de la realidad.
Sin duda, una operación de estas características ayuda a mejorar la autoestima de las personas, mejorando la calidad de vida de la mayoría de quienes se someten a una cirugía estética, pero también hay quienes deben entender que, si una persona ha sido insegura toda su vida, no se convertirá de pronto en la más popular.
Roberto Prado
Cirujano Plástico