Señor Director:

Delincuencia desbordada y sin control, noticia diaria, pánico y temor nacional inevitable; incompetencia legislativa, judicial y ejecutiva; comisiones de estudio, planificación y organización a todo nivel; cerebros pensantes buscando eternamente la solución inexistente por ese camino; bien intencionados pero negados a mirar cual tuertos la realidad en la punta de la nariz, lo que parece tan simple como que: no solo hay que mirar, también hay que ver como se han internalizado los derechos humanos de manera hipertrofiada, deformados, mal entendidos, desligados de la contraparte obligada como deberes y responsabilidades y como una panacea que todo lo soluciona y para colmo; todo delincuente inicia sus actos como un transformer acorazado y blindado ante la ley considerándolo presuntamente inocente, todo ello complementado de un Estado garantista, considerado democrático. ¡Pero entonces, cual podría ser la duda si está servido el plato ¡ ¿qué se puede esperar?; Bajo esas condiciones en que los pies no están sobre la tierra solo es posible una realidad diferente en un país como Macondo.

 

José M. Caerols