Luego del 21 de mayo de 1879, que concluyó con el hundimiento de la Corbeta Chilena Esmeralda en la Rada de Iquique, y el encallamiento y hundimiento en Punta Gruesa del principal buque peruano Independencia, la guerra en el mar se transformó para Chile en capturar el monitor Huáscar, dirigido por el experimentado almirante Miguel Grau. Un buque que, en compañía de la Corbeta Unión, recorría las costas de nuestro país, destruyendo puertos e instalaciones, como a su vez, capturando barcos con pertrechos y militares chilenos rumbo al lugar del conflicto.
Variados intentos fracasaron en su captura, ya por el poco andar de nuestros cruceros cargados de algas en sus estructuras, como por la poca capacidad de sus calderas, que una vez reparadas todas estas dificultades estuvieron en condición de organizar un plan dirigido por el nuevo jefe de la escuadra, comandante Galvarino Rivera, y por el capitán Juan José Latorre, que tuvo el éxito esperado el 8 de octubre de 1879, cuando frente a la Punta de Angamos -lugar geográfico cercano a Antofagasta que dará nombre a este histórico combate- producto de la certeras descargas de nuestro crucero Cochrane y Blanco Encalada, sobre el monitor Huáscar, lograron rendir el buque peruano, con la pérdida de la vida del almirante Miguel Grau, reconocido por Chile como un caballero del mar. Esto luego de la carta enviada a la esposa del capitán Prat, manifestando sus condolencias, agregando a ella además, las prendas más queridas incluyendo su espada, jamás vencida.
Capturado el Huáscar y trasladado a Valparaíso para su reparación, fue incorporado a nuestra Armada participando en otros hechos bélicos, como lo fue el Combate de Arica, donde muriera en la toldilla de popa el comandante Thompson y el aspirante Goycolea, producto de una arriesgada maniobra.
La captura del Huáscar y el hundimiento de la Independencia permitieron, además, terminar con el dominio peruano sobre las aguas del pacífico, dándole a Chile la posibilidad de conducir a través de ellas la guerra, trasladando vía marítima pertrechos militares y otros elementos que a la postre terminaron por conducir a nuestro ejército al triunfo de la guerra emprendidas contras las repúblicas de Bolivia y Perú.
La importancia que adquirió el dominio del mar, trajo como consecuencia que hasta el día de hoy el conflicto reciba el nombre de Guerra del Pacífico, queriendo representar con esto que dominar el mar es vital para nuestra existencia, y ha sido y será desde la época de O’Higgins, quien manifestó en un momento “que esta y mil batallas no tendrán ninguna importancia si no dominamos el mar”.
Hoy, a 200 años de la creación y fundación de la Escuela Naval, y del surgimiento de nuestra primera Escuadra Nacional, que llevó sobre sus buques la independencia al Perú, damos un voto de confianza y optimismo a
nuestros marinos que abnegadamente defendieron y defienden en la actualidad nuestra querida costa y mar chileno.
En la actualidad, una calle de la población Prieto Cruz de Concepción, hace honor con el nombre de Angamos a tan importante hecho marítimo, que permitió a Chile el dominio de los mares en un momento crucial de nuestra historia.
Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción