Carta al director

Retratos de Aurora: La arribada

Por: Diario Concepción 07 de Octubre 2017

Todos los años en la Ciudad de Baiona en Galicia se celebra la Festa de la Arribada. La gente se viste con ropas del 1500 y rememoran la llegada de la carabela Pinta a mando de Martín Pinzón con la novedad del Descubrimiento de las Indias (América). Me imagino el arribo de esa embarcación, en esos tiempos con tremenda noticia: el mundo no era solamente Europa y el mediterráneo al este, sino que del otro lado del Gran Mar había otro mundo. Por suerte tuve la oportunidad de estar en ambos puntos. En el 2010 en Galicia y el 2015 en Santo Domingo lugar del primer desembarco.

Pero usted, querido lector, me preguntará ¿qué tiene que ver esta historia con la Aurora de Chile? Como siempre puede tener mucho o poco, según su gusto e interés. Yo sólo oficio de escriba y le cuento lo que las calles de la Aurora me susurraron algún día.

El otro día pasé por el negocio de la Señora Marta a comprar algo y me encontré que estaban de lo más que hay conversando con la Aurora. ¡Qué no se cuentan estas dos! Me quedé como mirando la mercadería, de puro copuchento, con la oreja puesta en sus palabras.

– ¡Se acuerda Martita cuando llegaron los carretones esos! Pasaban y pasaban, después no se volvió a ver más una cosa así.

-¡Como no me voy a recordar si pasaron frente a mi casa! Eran como las dos o tres de la mañana, yo estaba durmiendo, y de pronto escucho tremendo alboroto afuera. Yo estaba en el segundo piso, me asomé por la ventana de la habitación y vi, lo poco que se podía ver, como entraban carretones tras carretones con gente y muebles. ¡Eran muchos! Los muebles y cosas que traían se recortaban contra la noche. Se acuerda que acá antes no había muy buena iluminación en las calles. Se “ganaron” del otro lado de la calle Costanera y para allá atrás, por La Pera.

¡Qué tiempos! Al otro día estaban todos rellenando el sitio para poner sus casas. Se trabajaba todo el día. Y cuando los hombres se iban a buscar trabajo, nosotras las mujeres seguíamos meta pala y carretilla.”

Me fui sin comprar nada, no quería interrumpirlas, me parecía que debían seguir haciendo ese justo ejercicio de memoria que muy pocos realizamos. No es una simple conversación de viejas, es una conversación de sabias. Seguro que me ha escuchado varias veces decir lo mismo. El Patrimonio es un ejercicio de memoria, sin memoria no hay historia. Y sin historias, no hay pueblos.

Iba caminado por Eleuterio Ramírez cuando Violeta me saluda desde una ventana, cantando: “Amigos tengo por cientos / para toda delicia; / Yo lo digo sin malicia / con verdadero contento. / Yo soy amiga del viento / que rige por las alturas…” Paré a saludarla, cien años no se cumplen todos los días y menos con tanta vigencia. Me hizo un gesto como de ¡pa´que ponerle tanto color!

La Aurora está cercana también al centenario si es que ya nos los cumplió, pues pocos recuerdan su verdadero nacimiento. ¿Y si le ponemos una fecha de nacimiento?, digo tal vez…12 de octubre de 1918…y le festejamos el cumpleaños. Con torta y todo, con fiesta y guitarra, como se lo merece.

¿Y me preguntará por qué el 12 de octubre? Porque me parece una fecha importante para los colonos, para esos colonos que a fuerza de pala y valentía construyeron la población. Ellos colonizaron el Bío Bío, la costanera. Reivindicar esa fecha y ponerle un sentido propio. No sé si a alguno de esos carretones lo bautizaron La Pinta, pero lo que sí  sé, es que en cada uno de los que llegó, venía un sueño de tener un bienestar mayor, una esperanza de superación, al cual una ciudad entera le dio la espalda por décadas.

Déle vecino, cantemos: ¡Que los cumplan feliz la Violeta y la Aurora!

¡Hasta el próximo click!

 

Walter Blas

Foto: Taller de Fotografía Estenopeica

@RetratoAurora

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