Carta al director

Fascismo y lenguaje

Por: Diario Concepción 18 de Agosto 2017

Señor Director:

Hace unos días en Chartlottesville, EE.UU, hubo una marcha organizada por racistas que terminó en un crudo y fatal enfrentamiento entre grupos neonazis, y un grupo de izquierda radical conocido por atacar manifestantes (Berkley, Portland, etc.). Nazis contra leninistas (Antifa). Ambos extremistas violentos. Lo peor de la izquierda contra lo peor de la derecha. Obviando el paralelo posible con la Republica de Weimar, quiero tocar una de las causas de la radicalización: el lenguaje.

Desde que emergió Trump, se ha extremado y ridiculizado su discurso -y el pensamiento de sus votantes- para poder atacarlo. Falacias de hombre de paja. Comenzaron etiquetándolo como racista o xenófobo, pero después derechamente como nazi. Los falsarios medios convencionales (Mainstream media) y la oposición no esperaban que, en medio de esta crispación, emergieran verdaderos nazis; quienes ahora se sentían incluidos en la derecha, la cual desde la segunda guerra los rechazaba. Al más puro estilo de “Pedrito y el lobo”, se llamó tantas veces “nazi” a quienes no eran nazis que cuando aparecieron verdaderos nazis, nadie reaccionó hasta que la violencia política quitó una vida. La palabra nazi, por su abuso, perdió su poder de denuncia.

Es inevitable advertir el paralelo con nuestro país. La ligereza en el uso de la palabra fascista -o “facho”- podría generar un efecto similar en el escenario de la tensión nacionalista que ha generado la inmigración, que ya comienza a materializarse en el surgimiento de grupos identitarios, como “Acción Identitaria”. Para combatir eventuales fascistas -“Antifas” de izquierda o racistas en la derecha-, necesitamos que las palabras vuelvan a ser utilizadas correctamente. No cometamos su error, no le abramos la puerta al fascismo, ni de izquierda ni de derecha.

Cristobal Diaz Guitart.
Pdte. J. UDI Concepción

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