Carta al director

Purificar el pasado

Por: Diario Concepción 28 de Julio 2017

A veces nos desvela el mañana, y apenas hacemos nada por vivir el presente, o por aprender del pasado.  Quizás deberíamos hacer memoria, al menos para entusiasmarnos y rescatar sabiduría, pues son las vivencias las que nos hacen recobrar los referentes y las referencias. En efecto, no se puede caminar sin reconocerse cada día, con los gozos y las cruces, haciendo historia tanto de los buenos momentos como de aquellos más difíciles, con los que hemos crecido interiormente. Ojalá lleguemos a reencontrarnos todos con todos, a no discriminarnos, y a mirar el futuro con la esperanza del deber cumplido, el de un mundo más hermanado.

Hemos de mirar hacia atrás siempre, no para volvernos, sino para tomar ese impulso que todos nos merecemos, el de la luz, o si quieren el de la ilusión. Si la voz de los líderes religiosos es vital para prevenir los genocidios, también la voz de esa ciudadanía generosa, implicada en temas sociales, es fundamental, ya que con su acción reconciliadora, mengua cualquier forma de resentimiento que la herencia del pasado nos hubiese dejado. Es público y notorio, por tanto, que la lucha contra la discriminación demanda de una transformación personal interna; sí, del corazón. Urge prevenir la curación de los recuerdos, ese perdón por el que el Papa Juan Pablo II llamó en su último Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, cuando dijo: “No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón: no me cansaré de repetir esta advertencia a aquellos que, por una razón u otra, nutren sentimientos de odio, deseo de venganza o voluntad de destruir”.

 

Víctor Corcoba Herrero

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