Carta al director

El valor de la gratitud

Por: Diario Concepción 21 de Julio 2017

Señor director:

Desde la psicología positiva, hemos aprendido a apreciar y prestar atención a aquellos aspectos que hacen que la vida sea digna de vivir.  Utilizando los métodos empíricos de la psicología, la meta  de la psicología positiva es mostrar qué acciones conducen a experiencias de bienestar, al desarrollo de individuos positivos que sean optimistas y flexibles y a la creación de instituciones y comunidades atentas y enriquecedoras. Por ende,  su objeto de estudio es la investigación de las experiencias subjetivas positivas como el bienestar, complacencia, satisfacción, gozo, esperanza y optimismo, entre otros (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000).

La psicología positiva dedica su atención a la creación proactiva de fortalezas y competencias personales. Para prevenir la enfermedad las personas necesitan poseer fortalezas como la esperanza, optimismo, perseverancia, motivación intrínseca y la capacidad para fluir. Entonces la pregunta que orienta es: ¿cómo podemos desarrollar y amplificar las fortalezas de las personas?,  ¿cómo pueden las familias, las escuelas y organizaciones desarrollar las fortalezas humanas?

Desde la familia, una emoción que nos permite desarrollar fortalezas personales y afianzar las relaciones, es la gratitud. Mediante ella podemos apreciar los regalos que nos rodean, nos ayuda a visualizar lo que sí está funcionando bien en nuestras vidas y en quienes nos rodean y, a través de esta emoción poderosa, podemos generar un cambio en nuestro estado de ánimo.

El agradecer es un acto que requiere prestar atención y desarrollar el reconocimiento de conductas concretas que otra persona realiza y que contribuyen a nuestro bienestar o que, de alguna manera, nos han ayudado a desarrollar alguna fortaleza.

Un sencillo ejercicio consiste en pensar en personas cercanas concretas y recordar aquellos actos que le ayudaron de alguna manera, ya sea porque colaboraron con su bienestar o porque gracias a alguna dificultad le sirvieron para desarrollar alguna fortaleza. Realizar una lista de agradecimiento y luego buscar la forma de expresarlo, a través de una conversación o del envío de un mensaje.

Cotidianamente podemos conversar con nuestras hijas e hijos pequeños, ayudándoles a identificar acciones positivas de los demás que les ayudaron de alguna forma, y a identificar qué acciones de ellos fueron positivas para los demás.  Este ejercicio contribuye de varias formas a su bienestar, valorando lo que ellos pueden aportar y agradeciendo lo que reciben de los demás. Les invito a realizar su listado de gratitud y compartirlo, y a prestar atención a los regalos cotidianos.

 

María Elisa Neumann Vásquez

Psicóloga clínica y académica Facultad de Psicología                                                                                

Universidad San Sebastián

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