Carta al director

Bomberos voluntarios

Por: Diario Concepción 16 de Julio 2017

Como Academia Laica de Estudios nos adherimos a la celebración de un nuevo aniversario del Cuerpo de Bomberos de Chile y expresamos nuestra admiración a toda la familia de bomberos voluntarios. Como Institución Republicana es un paradigma de generosidad que abraza los principios de filantropía, solidaridad, fraternidad, abnegación, servicio a la comunidad y a la sociedad, arriesgando sus propias vidas si es que así fuera necesario. Es también el momento propicio para recordar a sus voluntarios que fueron parte y que siguen siendo un ejemplo a seguir para sus más de 49.000 integrantes que conforman esta Institución, y recordar también a sus mártires a quienes les rendimos póstumo homenaje, ya que  cumpliendo con sus impulsos altruistas de servir a sus semejantes, cayeron en el cumplimiento del deber.

Los orígenes de los primeros Cuerpos de Bomberos en Valparaíso, Santiago, Concepción, así como en tantas otras ciudades, tienen casi todos la misma lógica; primero, un gran incendio convertido en tragedia y después una convocatoria hecha por un hombre visionario, la que siempre tuvo una gran acogida, para plasmar la iniciativa en la creación de una Compañía de Bomberos y así resguardarse y protegerse de futuros incendios. Fueron muchos los hombres que siguieron ese llamado, desde todas las condiciones sociales y de todas las tendencias políticas y religiosas, pero estando unidos férreamente por un sentimiento de solidaridad y un afán de servir a sus semejantes.

Así nace el 30 de junio de año 1851 en la ciudad de Valparaíso el Primer Cuerpo de Bomberos de Chile. En Santiago, el 20 de diciembre de 1863, después del trágico suceso ocurrido el 8 de diciembre de ese año, en el Templo de la Compañía de Jesús, y en Concepción, en 1883, después del incendio ocurrido en la maestranza de ferrocarriles, hecho que motivó a Jorge Blackburn la idea de fundar una Compañía de Bomberos para la ciudad.

El trabajo y las gestiones rindieron sus frutos un 13 de abril de 1883, fundándose la Primera Compañía con el lema “Labor Omnia Vincit”. Posteriormente el 26 de septiembre de 1886, nace la Segunda Compañía, con voluntarios especializados en coordinar los rescates, derribar muros para complementar y/o agilizar la extinción del siniestro: es la función de los “zapadores” quienes trabajando con hachas, ganchos y escalas, tuvieron un rol fundamental, pues a finales del siglo XIX la red de aguas era sumamente precaria en Concepción.

La Tercera Compañía nace el 29 de enero de 1888, bajo el lema “Trabajo y Disciplina”, y la Cuarta Compañía con su lema “Unión es la Fuerza”, fundada el día 5 de abril de 1888. Así en poco tiempo, gracias al generoso y valioso aporte de la comunidad penquista, se estructuró en la zona un Cuerpo de Bomberos altamente preparado. Hoy, la familia de Bomberos está constituida por diez Compañías en la comuna de Concepción,  tres Compañías en Chiguayante y cuatro Compañías en San Pedro de la Paz.

Hoy, los bomberos voluntarios son hombres y mujeres nobles, quienes con su preparación son verdaderos profesionales, conscientes que con su esfuerzo, dedicación, empuje y fuerza, pueden combatir las emergencias, lo que queda demostrado día a día en su valiosa labor al servicio de la comunidad.  Son ciudadanos libres y de buenas costumbres, practicantes de la fraternidad con todos los miembros de la sociedad, inquietos por el cumplimiento de su rol, proactivos, con espíritu crítico, pero correctos y disciplinados, en suma, ejemplos dignos de imitar.

No resulta fácil la labor de los Bomberos de Chile, ya que significa traer el ideal a la realidad: desarrollar las más altas motivaciones y forjar en el espíritu de sus voluntarios los más nobles sentimientos, para cumplir con su preparación e impulsar la acción. Pero ahí están sus forjadores, hombres visionarios y con una mística intransable, de un gran espíritu laico, quienes usando las herramientas que les son propias, han escrito en las páginas de la historia de esta Institución los testimonios más elocuentes convirtiendo en realidad y acción, los más altos valores y principios del humanismo que los inspiran.

Para las mujeres y hombres de esfuerzo y altruismo que componen los Cuerpos de Bomberos, nuestro más sincero reconocimiento.

Mario Parada Araya
Academia Laica de Estudios

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