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Carlos Larraín le pone condiciones a Piñera: “Debe dar un portazo a los negocios”

Ahora ya, dice el vicepresidente de RN. El imperativo debe cumplirse por convicción, no por coyuntura, para demostrar que se quiere "dedicar a la política de manera patriótica". ¿Podrá? "Él mejor que nadie sabe que es necesario", afirma.

Por: Diario Concepción 12 de Marzo 2017
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Ahora ya, dice el vicepresidente de RN. El imperativo debe cumplirse por convicción, no por coyuntura, para demostrar que se quiere "dedicar a la política de manera patriótica". ¿Podrá? "Él mejor que nadie sabe que es necesario", afirma. Pero como el candidato "podría cambiar de parecer por razones comprensibles", mantiene viva la idea de primarias y alternativas políticas. Y un detalle: el abogado cree que en materia de transparencia, hay que mirar "de aquí hacia adelante; lo otro sería muy complicado".
 

Luz María Astorga 

-Lo primero don Carlos: su giro. Pasó de apoyar con todo a Manuel José Ossandón a decir que estaba para la próxima presidencial… Él lo definió como puñalada por la espalda.

-Siempre he sido partidario de que hagamos una primaria. No solo permite designar un candidato sino también que no sea un nombramiento en círculo chico; sirve para flexibilizar los músculos, poner temas de política sobre la mesa y contarnos, saber cuántos somos. Por eso he sido partidario de que la candidatura del Cote Ossandón se mantenga viva.

Hace una pausa y sigue:

-Bueno, también es innegable que Sebastián Piñera, en su condición de ex presidente, tiene una ventaja sustancial. Se ha ido notando en las encuestas. Hay que ser realista. Pero sigo siendo partidario de una primaria y de que Cote participe.

-Ser realista, pero teniendo en cuenta que la mayor parte de las encuestas acá no cumplen con estándares internacionales mínimos de seriedad. Así todo, "orientan".

-Es muy cierto eso. El caso Brexit y la primaria de la derecha francesa son ejemplos verdaderamente escandalosos de que las encuestas no son el criterio final. Por eso vuelvo a la idea original: primarias. Y voy a insistir hasta donde me den las fuerzas. Pero la verdad es que para Piñera el apoyo de RN ha pasado a ser importante, él lo está buscando, y es un factor. Durante su gobierno éramos un poco menos importantes.

Ni qué decirlo. En esa época, Carlos Larraín confesó que no había entrado a La Moneda en seis meses y que el Presidente no le hablaba. 

Otro gallo canta ahora. Si el candidato Piñera busca a RN y si Larraín –ex presidente del partido, ex senador- es todo lo poderoso que se sabe y volvió del autoexilio de tres años justito ahora… ¡no hay ni que echarle agua!

Puede ser que no consiga que el senador Ossandón –que renunció a RN en julio, pero sigue vinculado a la bancada- esté en las primarias. Puede ser, también que, con su "montón de años", Larraín siga diciendo que solo busca renovación para el partido, gente joven y valiente que quiera entrar a la política ("que escriba y piense") y que hasta ese punto va a llegar no más, que no quiere cargo alguno. Puede ser. 

Pero Don Carlos no necesita cargo ni oficina…

A través del teléfono, a 2.600 kms de Concepción, desde su hacienda de 97 mil há en Tierra del Fuego, la risa que le brota natural cuando hablamos del rol que jugaría en eventual mandato piñerista, ahorra comentarios.

Urge el gesto patriótico

En el minuto de los quiubos RN lo llamó y él quiso volver. "Porque creo –y no quiero ser sangriento- que este Gobierno ha sido malo y está creando condiciones que vamos a demorar en superar, como la libertad de enseñanza que está en tela de juicio, entre muchos otros asuntos. Pienso que los de 74 (años) como yo –y también los de 20- deben hacer un esfuerzo, dejar de quejarse y participar. Hay gente honrada, patriota, que quiere ayudar a que este país esté mejor. Si no, vamos a terminar en manos de puros mafiosos".

Abogado, Opus Dei, con un familión de 12 hijos, Larraín -"monumento al momio", como dice el PPD Francisco Vidal- ve con preocupación varios temas. Que se quiera desarmar la Constitución "que ha sido eficaz". Que la institución "familia" esté dañada. Que campee el individualismo extremo y "que cada cual crea que su postura es la única que vale". Que en la derecha exista "un materialismo liberal que seca el alma"… El listado es largo. Y Larraín tiene trazados los caminos a seguir (ver notas aparte). Pero, al mismo tiempo, está abierto a distintos escenarios. Por ejemplo, a que Piñera "cambie de parecer por razones comprensibles: le están agitando una guerra desde el otro lado, demasiado fuerte e injusta. Creo que los ataques han sido infundados. Por eso siempre es bueno tener una gama de posibilidades, políticamente hablando", dice apuntando nuevamente a las primarias.

-¿Ataques infundados? ¿De verdad le resta importancia y trascendencia a los asuntos de inversiones en Perú, de minera Dominga, de los pagos de Penta, por los que el candidato deberá declarar en estos días?

-En lo que has nombrado hay un molío…- contesta descartando con firmeza entrar en la "minucia".

Y agrega:

-Sí me atrevo a decir que el tema de la separación de los negocios ha sido importante y hoy, más que nunca. Se lo he dicho a Piñera en conversaciones privadas. Él está de acuerdo en hacer una separación radical, lo anunció así, dijo que iría más allá de lo que pide la ley. Creo que es el más convencido de que es necesario. 

Vuelve a los ataques: 

-Lo que se ha hecho en el Caso Exalmar es una extrapolación… porque si bien quienes decidieron hacer la inversión en Perú cometieron una torpeza, nadie puede sostener -como se ha hecho- que la política exterior chilena estaba subordinada a esa inversión. Me parece inaceptable, indebido, porque al fin y al cabo todos nuestros presidentes han sido patriotas. Por lo menos podemos decir eso. 

-Algunos lo creerán, pero vamos al fondo: las inversiones. En la prensa reciente hemos visto un desfile de políticos y analistas –entre otros, Alfredo Moreno, Kast, Ossandón, Carlos Peña y Joaquín García Huidobro (que habla de Piñera como "empresario lince") y Héctor Soto-, bien alineados: ‘Decídase SP, negocios o política´. 

-Estoy muy de acuerdo. Hay que separar esos dos campos, no solo porque el público lo pida, sino porque debe ser así en un mundo donde las relaciones comerciales son multilaterales. Pero, por sobre todo, para tener una postura más elegante, ética. Piñera debe demostrar que quiere dedicarse a la política por patriotismo; que le interesa hacer un esfuerzo de recuperación luego de un gobierno malo. Tiene que dar un portazo a los negocios. Tirar una línea categórica. Ha reconocido la necesidad de hacerlo. Tenemos que esperar que ocurra.

Una pausa y el énfasis:

-Yo no lo dejaría para el final. Tiene que hacerlo ahora. Va a ser el mejor mentís y la mejor demostración de su rigurosa dedicación a la cosa pública. Una línea demarcatoria muy nítida. Todo esto por convicción, no por coyuntura. 

-Sobre el fideicomiso ya se discute si debe ser extensivo a los hijos. En Bancorp cada uno de ellos tiene 20,88% de la propiedad, por ejemplo. 

-Yo creo que son todos los negocios que se vinculan directa o indirectamente, en el sentido amplio que da la legislación chilena. Está definido en ley de Valores y de Sociedades Anónimas.

-La ley da un plazo de 90 días a contar de la elección para el fideicomiso. Allamand dice que en el caso de Piñera ese tiempo no aplica.

-Exacto. Tiene que hacerlo ahora. 

Avanzar sin transparentar

Pero hasta ahora no concretó. Y esta semana su defensa puso un escrito para revocar ampliación de querella en Caso Exalmar a la Minera Dominga (que iba a funcionar en el mismo lugar de la central Barrancones, desechada por gestiones de Piñera en su primer año de gobierno). 

– ¿Podrá separar negocios y política el ex presidente? Urge transparentar, pero algunos creen que de hacerlo aparecerán más casos y conflictos de interés en distintos temas y que, finalmente, no podría seguir en carrera.

-Transparentar para atrás con todo lo que se ha dicho y escrito es más complicado… Yo miraría para adelante. Para atrás oye, ¡todos tenemos problemas en la vida pasada! 

-En este caso, el gran problema es que Chile necesita crear confianzas. Transversalmente. En todos los sectores han aparecido faltas e irregularidades de todo tipo. La distancia entre políticos, partidos y la gente se disparó; queda clarito con el refichaje.

-Entiendo el punto y lo suscribo. En Chile tenemos desconfianza desde la relación con el vecindario hasta lo institucional. Todo está puesto en tela de juicio. Hay que hacer un empeño universal para recuperar la confianza. A nosotros se nos pide completa transparencia y resulta ser que hay gente en la izquierda que adhirió regímenes totalitarios en la teoría y en la práctica; que nunca vieron un problema de derechos humanos, por ejemplo, en Alemania Oriental (aludiendo a Bachelet); y otros, como el jefe del Partido Comunista (Guillermo Teillier), estuvo a cargo de la internación de armas en Carrizal Bajo (1986).

-Soy escéptica frente a eso de solo mirar para adelante, aunque la última Cadem afirma que el 73% de los chilenos cree que Piñera sabía de sus inversiones en Perú e igual puntea en intención de voto con 29%. Eso avalaría a algunos analistas convencidos de que tal como en la Italia de Berlusconi o en Estados Unidos de Trump, a la gente no le importa la ética. Terrible. 

-Es una lástima que esa idea prevalezca porque no creo que Piñera sea deshonesto. No, no lo creo, y de nuevo caemos en aquello de desacreditar a medio mundo. ¡Esto lleva a la gente a un estado de perplejidad!

Añade:

-Tampoco se trata de votar por alguien porque nos saca del apuro. No basta con eso, debemos tener ideas que conduzcan un gobierno. Y pienso que él las tiene, nadie podría decir que sea ignorante o tonto. No hay que votar por él porque no queda otra. Hay que ambicionar más y creo que él puede satisfacer ese criterio más exigente. No se puede partir de la base de que todo el mundo es pillo, eso resulta triste para Chile.

Pauta para Piñera

-En materia de negocios cometió errores.

-Sí, pero también ha tenido virtudes. Hizo un buen gobierno, no el que me habría gustado –yo me agarraba las mechas por varios capítulos-, pero con la experiencia adquirida hará uno mejor, si sale elegido. 

Recalca:

-No estoy diciendo que haya sido el súper gobierno de nuestra historia. Nunca lo he dicho. Por eso terminamos con un resultado político-electoral dramáticamente malo, en que volvió a La Moneda una persona que no había aprobado como buena gobernante (Michelle Bachelet). Además, se le entregó la mayoría del Congreso a una izquierda vociferante y en eso ¡por supuesto la dirección del mandato de Piñera y los que estaban cerca tuvieron culpa enorme! Sin embargo, en el orden de gestión, crecimiento económico, empleo, inversión, CAE, se hicieron cosas muy valiosas. Vi también una preocupación cotidiana por la honestidad de los funcionarios gubernamentales, ¡salió gente por asomos de duda! En conjunto fue un buen gobierno, pero la fase política simplemente no la conocieron. 

-Ya, supongamos que el candidato cumple con lo necesario y gana. ¿Cómo debiera ser ese segundo mandato? Si consideramos que el primero creó expectativas incumplidas (hacer en 20 días lo que otros en 20 años; ser gobierno de excelencia, hacer el mejor censo de la historia y poner fin de la puerta giratoria en delincuencia, entre otros). Y le agregamos que optó por la tecnocracia, que marginó a los partidos…

-Esa pregunta es muy pertinente. Le doy cuatro puntos básicos: 

1- La actitud personal de los que dirijan la primera línea del futuro gobierno debe ser de humildad, nada de arrogancia. Es un consejo universal, para mandatos de derecha o izquierda. 

2- Hay que pensar en que el país tiene alma y afirmarlo de muchas maneras. De ella emanan los buenos profesores, los antiguos maestros de escuelas básicas, los que se machucan en las fuerzas armadas, los jueces dignos… De ella sale el Hogar de Cristo, el impulso de las iglesias protestantes… Se debe afirmar de manera práctica que el hombre no se resume a una participación en el PIB. Somos más que eso y se tiene que notar. 

3- El gobierno debe tener tolerancia de parte de la oposición, cualquiera sea. Esta tiene que moderarse, aceptar que en los sistemas democráticos se pierde y se gana; y si se pierde, no se impugna al gobernante sin ton ni son.

4- Se debe trabajar con los partidos y tener en cuenta organismos intermedios con carácter institucional como universidades, asociaciones gremiales, sindicatos… Ser un gobierno dialogante, no uno que resuelva las cosas según el derecho real, como en las monarquías absolutas. Ahí hay paño que cortar.

 

La voz de RN
 

-Hablemos de lo programático. De lo que espera su partido y la UDI sabemos tanto como de lo que pretende el candidato radical, Alejandro Guillier. 

(Lanza una risa con ganas)

-Nooo, ahí discrepo. 

-¿Por qué se ríe? 

-Porque no compararía a Piñera con Guillier.

-No pues, le hablo del programa.

-RN ha dicho varias cosas claritas: abandonar el criterio ultra económico; idear una política que favorezca a regiones extremas; aceptar de buen talente la inmigración, porque viene a suplir a los niños que no nacieron y a los que no quieren ensuciarse las manos; conducir una política familiar importante, porque existe un desplome y no se trata de una preocupación "canónica" sino social porque la familia es la mejor incubadora, la mejor profesora, el mejor sicólogo, enfermero… Hay mucha gente que no está beneficiándose de esto esencial para sentirnos apoyados en la vida. Tiene que haber un estatuto para la familia. Y ventajas de tipo tributario, educación, atención a los viejos (en Francia se paga a familias que conservan a los abuelos en la casa).

Añade:

-También se necesita reestablecer la buena relación con las fuerzas armadas, terminar con las suspicacias, porque son parte de nuestro esquema institucional-

-Pero siguen cometiendo irregularidades; ahora Carabineros…

-No creo estén habitadas por ángeles y arcángeles, como tampoco los abogados o dentistas… hablo de las FF.AA en su rol institucional; de lo que han significado en la historia de Chile, que no es poco. Además, debe existir mayor preocupación por la agricultura, que no es tratada con la importancia relativa que tiene. 

Y otra cosa: defender la Constitución para que este país no quede convertido en una jalea institucional que permite a algún patudo pegar un manotazo. Chile tiene su experiencia en esa materia.
 

Deuda en regiones

 

Cuando Carlos Larraín habla del deber ser de un eventual gobierno piñerista, subraya el rol de regiones. Porque, "en este país la desigualdad no es solo económica sino también geográfica. O sea, pretender que Chile se gobierne de manera uniforme y tenga las mismas reglas en Santiago, Arica o Magallanes, constituye una torpeza. Las regiones tienen que tener un rol diferenciado, lo vengo postulando hace decenios".

Y ejemplifica:

-La superficie de Tierra del Fuego -donde paso varios meses al año-, es casi la misma de Bélgica: 30 mil kms cuadrados. Pero acá la población llega a 7 mil habitantes. Allá, 11 millones 500 mil. Argentina, dueña de una tercera parte de Tierra del Fuego, tiene 200 mil habitantes. ¿Por qué? Bueno, han creado una estructura tributaria completamente diferenciada. Artificial, me dirán los tecnócratas. Sí, sí. Pero tiene población, actividad, empleo. Se cumple el objetivo que se busca, si es que se busca y ahí está la cuestión. ¿Se quiere tomar esto en serio o vamos a seguir solo hablando de regiones?

 

Agachar el moño

 Ante el fraccionamiento político, la profusión de aspirantes a candidatos y la desconfianza, Larraín postula construir "una o dos ortodoxias, una de izquierda, una más a la derecha", que permita conocer lo que harán los futuros gobiernos. Eso, además de pedir a los gobernados menos variedades individuales "y que se agache el moño".

Plantea:

-Veamos un mínimo común denominador potable, aceptable, porque así nos ha ido bien muchos años. Al contrario, nos fue muy mal cuando ese mínimo común se olvidó. En los años 30, por ejemplo, cuando el PS estaba listo para subirse a cualquier intento golpista. O en los 60, cuando el terrorismo tenía patente universal… Y otra cosa: no esperemos tanto de la política porque eso de que todo se resuelve con ella es una mentira.

 

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