Con financiamiento estatal y alianzas público-privadas, la zona da un paso clave en la descarbonización con la llegada de plantas españolas y chinas.
Luego de 17 años de inactividad, el oleoducto de 425 kilómetros, que conecta Vaca Muerta de Neuquén (Argentina) con la Refinería Biobío (Hualpén), consolida su reactivación como una colaboración internacional estratégica para la matriz energética, el desarrollo industrial y el encadenamiento productivo.
La solicitud de las organizaciones de trabajadores se refuerza ante los recientes despidos registrados en el sector industrial del Biobío.
A pesar del apagado, la empresa afirmó que es un proceso controlado y seguro.