No es de extrañar que entre las causas para la caída vertical en popularidad de las autoridades, se mencione esa incapacidad aparente para lidiar con los delincuentes, y la creciente sensación de estar solos frente a ellos.
Es por eso que hay en ese aspecto buenos y malos gobiernos, los que hacen de esos bienes y recursos un uso juicioso, que favorece a los ciudadanos y el mal gobierno que, administrándolos mal, empobrece a sus ciudadanos.
La Región y sus representantes deben dar muestras de asertividad en este asunto, que puede quedar en silencio si no es vuelto a mencionar. Es incomprensible, que no hayan sido convocados los alcaldes de las comunas involucradas.