Esa constatación es clave para el análisis del rumbo socioeconómico de una nación. En simples, el funcionamiento aparentemente inhumano de los mercados y de la actividad económica puede ser una política institucionalizada.

Es probable que sea necesario impulsar medidas orientadas a mantener el poder adquisitivo de la ciudadanía, que se ha visto golpeada en el bolsillo desde el inicio de la pandemia.

La Región, a lo largo de su historia, siempre ha sido lluviosa, y se debe estar preparado para que cuando se presenten condiciones de tiempo desfavorables no ocurran tantos problemas como los que se vieron la semana pasada.

Se cree, salvo alguna novedad imponderable, que el punto más alto de contagios en Chile ya ha pasado, dado que el coronavirus podría ser más transmisible, pero menos maligno, transformándose en una enfermedad común endémica.

Más allá de la voluntad política, es necesario avanzar en el traspaso de competencias y en la Ley de Financiamiento que está en el Senado.

Trabajadoras y trabajadores de todo Chile esperan que el Congreso, al revisar el acuerdo entre Gobierno y CUT, haga realidad el necesario reajuste del sueldo mínimo.