Educar a los animales desde etapas tempranas en un comportamiento equilibrado depende de los tutores responsables.
Los humanos somos extraordinariamente frágiles. La condición de vida puede modificarse drásticamente de un momento a otro, sea perdiéndola o saliendo de una condición crítica con secuelas invalidantes de por vida.
La preocupación por la reanimación de la economía (por cierto, entendible) va de la mano con la preocupación por nuestro ambiente (por cierto, urgente).