María Candelaria Acevedo (PC) y Clara Sagardía (CS) se han manifestado en contra de “la militarización” en Arauco, lo que reafirmaron votando en contra de prorrogar el Estado de Excepción Constitucional de Emergencia.
La seguridad se ha transformado en una de las prioridades de la actual administración. Una mayor dotación policial en las distintas comunas, que han enfrentado un aumento de los hechos delictuales, a lo que se suma el decreto de Estado de Excepción en la Macrozona Sur, ha ido dividiendo a parte de la coalición de gobierno.
Lo anterior quedó demostrado en la primera votación que debió afrontar la Cámara de Diputados y Diputadas para extender el Estado de Excepción “acotado”. Ahí fueron las dos congresistas de la Región quienes rechazaron la medida propuesta por La Moneda.
Se trata de María Candelaria Acevedo (PC) y Clara Sagardía (CS). Si bien la primera ha enfatizado en su historia personal para rechazar la participación de las Fuerzas Armadas en el control de civiles, se había abierto a la opción de analizar el proyecto del gobierno.
Acevedo explicó que “he manifestado que no votaré a favor de ningún Estado de Excepción, ya que considero que hay otros mecanismos para solucionar estos problemas, más allá de sacar a los militares a la calle. También tengo una situación personal, en un Estado de Excepción que perdí a mi padre, detuvieron a mi abuelo y a uno de mis hermanos, por lo que es difícil votarlo, más aún estando en democracia”.
La parlamentaria recalcó que ella no está en contra de las políticas que implemente el gobierno en materia de seguridad, sino que de la utilización del Estado de Excepción en la zona, puesto que existen, a su juicio, otras formas, como el Plan Buen Vivir que debe ser ejecutado pronto por La Moneda.
“¿Dónde está el trabajo que hace inteligencia? El otro día vimos imágenes de personas que poco menos estaban almorzando y no se hizo nada. Lo que necesitamos es resolver los problemas”, aseveró.
Por su parte, la diputada por el Distrito 21, que abarca a las provincias de Biobío y Arauco, Clara Sagardía, justificó su voto, pues “que haya votado en contra, no significa que esté en contra del gobierno. Estamos en democracia y no podemos estar a la cola. A mi juicio, el Estado de Excepción no es la solución y por eso voté en contra, yo siempre lo he manifestado, la comunidad quiere solución, no represión”.
Sagardía agregó que “mantengo mi confianza en el gobierno que realizará los cambios que queremos”.
Desde el gobierno, la delegada presidencial, Daniela Dresdner, apuntó a la diversidad de opiniones que existen al interior de la coalición, más que querer alinear a sus diputadas. “Más allá de querer alinear a las parlamentarias hemos reiterado que somos un gobierno que cree en que la diversidad de opiniones enriquecen la democracia y acá no estamos buscando que todos dentro del Gobierno piensen igual, sino que nos concentramos en que las coordinaciones”, dijo.
“La relación que tenemos con las diputadas que pertenecen a Apruebo Dignidad es muy cercana. Conversamos habitualmente, intercambiamos ideas y opiniones y desarrollamos diversos proyectos en conjunto”, agregó la autoridad.
El gobierno necesita de todos los votos para lograr sacar sus proyectos adelante y que sean sus propios parlamentarios quienes voten en contra puede ser un balde de agua fría para la administración Boric.
La académica de Ciencia Política de la Universidad de Concepción (UdeC), Jeanne Simon, habló de una “desconexión entre las posiciones por el uso de la fuerza en los gobiernos anteriores y ahora. Por ejemplo, en los gobiernos de la exConcertación no ha habido problema de ocupar a los carabineros, pero en el Frente Amplio esto ha sido más complejo y ellos deben buscar un espacio intermedio para responder a sus bases y como ellos vienen desde afuera no comprenden los detalles de seguridad”.
Según Simon, acá confluyen dos situaciones, “una es la falta de conocimiento sobre los temas de seguridad en la Región, otra es la interpretación de la macrozona sur desde la exConcertación que empatiza con ciertos actos ligados a seguridad, más que el miedo de la izquierda para usar la fuerza a raíz de lo ocurrido en el golpe”.