Representantes políticos dijeron que aún hay deudas que no permiten generar expectativas de grandes cambios en materia presupuestaria y de decisiones para el año 2021.
En un nuevo Día de las Regiones, se vuelve a hacer un balance sobre cuánto se ha avanzado en materia de consolidación y descentralización. Pese a que han existido avances hay aspectos que continúan siendo una preocupación para los representantes políticos y regionalistas.
El punto más importante es el de otorgar mayor autonomía a las regiones, a través de mayores atribuciones, tanto financiera como de competencia.
“El balance anual es igual al de los últimos 30 años. Es malo porque no se trata de un tema de gobierno, se trata de política de Estado el transferir escasas facultades a las regiones con el objeto de mantener una dependencia financiera y administrativa del nivel central. Esto se traduce en un presupuesto de inversión regional donde la decisión de los recursos no sobrepasa los dos dígitos versus un Estado central que denomina autoridades de acuerdo a su conveniencia política con un 90% de la administración de los recursos de las regiones”, comentó el consejero regional, Luis Santibáñez (Indep.).
Agregó que el principal instrumento de descentralización es el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (Fndr) y “es paradójico que tenga ese nombre porque se trata del fondo de administración de Estado más descentralizado que existe en Chile, pero su asignación, autorización y proceso de supervisión de gastos son llevadas a cabo por la Dirección de Presupuesto del Ministerio de Hacienda. Es una incongruencia tremenda”.
La consejera regional, Tania Concha (PC), dijo que “no se ha avanzado en nada. Seguimos incidiendo en un 8.8% del Fndr, se siguen tomando decisiones de manera centralista, la inversión pública y las licitaciones quedan en un alto porcentaje en la Región Metropolitana. En rentas regionales, ni hablar. Todos los gobiernos de turno nos han prometido rentas regionales para presupuestos territoriales que nos permitan tomar decisiones autónomas, pero nada se materializa. Al final, la conclusión es que en descentralización la deuda crece año a año”.
En relación a las expectativas y avances que se puedan generar en el último año de gobierno del Presidente Sebastián Piñera, desde el Consejo Regional (Core) visualizan muchas dificultades, considerando la crisis económica y la situación sanitaria.
“Siempre la inversión y fondos regionales son bajos para las necesidades que tiene cada región. En pandemia, más aún. Esperamos que en este último año tengamos mayor presupuesto regional para materializar obras que aún nos faltan y las cuales debemos trabajar. Pese al sueño, lo vemos muy complicado porque cada mes que pasa, asoma una nueva necesidad país”, dijo el presidente del Core, Patricio Lara (RN).
En tanto, Tania Concha señaló que “este último año no habrá cambios significativos. La situación sanitaria y las dificultades económicas no nos permiten augurar un buen futuro. Esperemos que la situación cambie, pero lo veo imposible. Como siempre, se prometieron muchas cosas, pero nada cambió. Por algo existe tanto descontento social y nosotros, desde nuestros cargos también estamos molestos porque seguimos bajo el alero de un Estado que toma las decisiones solo a nivel central”.
La corporación privada Corbiobío dio la partida oficial a una campaña informativa con un ciclo de encuentros con representantes de regiones y con programas televisivos, con el propósito de definir los ejes estratégicos que debe contemplar la nueva carta magna. Lo anterior, en el contexto del Día de las Regiones.
El presidente de Corbiobío, Marcello Plaza, señaló que es clave definir las propuestas que son viables de ser consideradas en la denominada Constitución regionalista, en materia de políticas públicas y de descentralización, teniendo en cuenta que Chile es el primer país de Latinoamérica que reemplazará la Constitución Política.
Plaza enfatizó que es relevante definir acciones eficaces que contribuyan a superar las brechas que afectan a las regiones y que han causado un tremendo impacto económico-social, derivado de la pandemia y el centralismo que ha imperado en esta crisis sanitaria.