Las visitas ministeriales a regiones han bajado en intensidad en los últimos meses y han sido los subsecretarios quienes han tenido mayor presencia en los territorios. En el gobierno lo reconocen, aunque apuntan a un cambio de foco.
Tras el estallido social de octubre, una de las estrategias políticas que se vio afectada, desde la vereda del Ejecutivo, fue las salidas a terreno, en particular, de los ministros de Estado a regiones.
No es de extrañar si se piensa en que varias autoridades vivieron las denominadas “funas”, como le ocurrió en Santiago al ministro de Salud, Jaime Mañalich, o al propio intendente del Bío Bío, Sergio Giacaman, durante el estreno de una película en el Teatro Biobío.
En ese contexto, desde el 19 de octubre a la fecha, la Región ha recibido la visita de cuatro ministros. Gloria Hutt, de Transportes, estuvo en el 19 de diciembre en el Aeropuerto Carriel Sur, para el inicio de los vuelos internacionales; Andrés Couve, de Ciencias, presentó en Concepción un informe relacionado con la COP25; Cristián Monckeberg, de Vivienda, estuvo en Tucapel en una ceremonia de entrega de subsidios, aunque suspendió actividades en Concepción; y Julio Isamit, de Bienes Nacionales, cumplió una agenda interna que incluyó una visita al siniestrado edificio de la gobernación provincial.
La seremi de Gobierno, Francesca Parodi, reconoció que ha habido menos presencia ministerial en los últimos meses y que las actividades públicas han sido limitadas. Explicó que existe un cambio de foco por parte de las autoridades.
“Hemos estado enfocados en conversaciones más sinceras con la ciudadanía para ver cómo avanzamos. La Región del Bío Bío tiene 33 comunas y hay que desplegarse por toda ella. Desde el 18 de octubre hay una forma de trabajo distinta”, dijo. La vocera regional argumentó que durante noviembre y diciembre hubo despliegue de ministros, pero estuvieron abocados exclusivamente a explicar avances legislativos necesarios para avanzar en las algunas reformas.
Parodi también apuntó a los cambios en el gabinete, tanto nacional como regional, con lo que se pretende dar un giro de cercanía a la actual administración. “Estamos en procesos de diálogo desde las seremis y los propios ministerios, de los cuales no necesariamente tenemos que hacer alarde comunicacional”, aseguró la seremi.
No obstante, desde la academia existe una visión distinta. Que existan actividades acotadas, comentaron fuentes consultadas, sirve para controlar la existencia de hechos que desvirtúen el motivo del acto oficial. También se evitan las “funas”.
Así, por ejemplo, la académica de la Universidad de Concepción (UdeC), Jeanne Simon, dijo que este miedo a las funas influye en el trabajo de las autoridades. “Se busca tener un control de la agenda y cómo se aparece en los medios. Conviene más entregar el mensaje de la actividad por la que se asiste que el de una funa, no como le ocurrió al intendente (Giacaman). Aunque eso le podría haber ocurrido en cualquier ocasión”, expresó.
Lesley Briceño, académica de Ciencias Políticas de la Universidad del Desarrollo (UDD), afirmó que “las funas generan una tensión en el sistema político y hay que evitar generar nuevos conflictos. Una protesta en un evento con autoridades trae consigo mayor seguridad, más ruido y puede terminar en consecuencias violentas”.
Para Briceño ahora el objetivo de las visitas será la actividad puntual y no otros elementos. Cabe agregar que, ante la falta de ministros, ha habido mayor presencia de subsecretarios. El representante de Obras Públicas, Cristóbal Leturia, sostuvo una agenda de dos días; mientras sus colegas de Educación, Raúl Figueroa, de Salud, Paula Daza, de Redes Asistenciales, Arturo Zuñiga, de Ciencias, Carolina Torrealba, de Economía, Ignacio Guerrero; y de la Mujer, Carolina Cuevas, tuvieron al menos una actividad pública. En tanto, Álvaro Pillado, de Bienes Nacionales estuvo de visita en la Región, pero con agenda interna.