Ocho cambios realizó el mandatario, dejando afuera a su núcleo de hierro de Apoquindo 3000 fuera de La Moneda. Actores del espectro político local valoraron las modificaciones y esperan cambios en la agenda social en los próximos días.
Poco antes del mediodía estaban todos los subsecretarios e invitados listos en el Salón Montt Varas del Palacio de La Moneda, en lo que era un inminente cambio de gabinete, el tercero de la segunda administración de Sebastián Piñera.
Primero entró una fracción de los ministros junto al subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quien permaneció un par minutos en el lugar y se retiró. A los minutos, Blumel recibió una llamada que le informaba que el sería quien secundaría a Piñera en el gobierno, en vez de Felipe Ward, nombre de la UDI que comenzó a circular para el cargo en los minutos previos.
Finalmente, se confirmó la salida de un cuestionado Andrés Chadwick desde el Ministerio del Interior y Pauline Kantor de Deportes. En tanto, a Felipe Larraín de Hacienda y Juan Andrés Fontaine de Economía, les pasaron la cuenta sus declaraciones en donde invitaban a “los románticos a comprar flores” y a tomar el metro más temprano. Mientras que con Cecilia Pérez se prefirió hacer un enroque y trasladarla a la cartera de Deportes.
La nueva composición quedó con Gonzalo Blumel (Evópoli) en Interior, Ignacio Briones (Evópoli) en Hacienda, Felipe Ward (UDI) Segpres, Karla Rubilar (IND pro RN) en Segegob, Lucas Palacios (UDI) en Economía, María José Zaldívar (IND), Julio Isamit (IND pro UDI) y Cecilia Pérez (RN) en Deportes.
En el frío análisis partidario, la UDI perdió presencia en el gabinete, mientras que Evópoli logró sumar un ministro más de su tienda.
Algo que ya no parece ser costumbre es mantener a los ministros de Hacienda durante toda la administración. Desde el retorno a la democracia hasta la primera administración de Sebastián Piñera, todos los mandatarios mantuvieron a los jefes de la billetera fiscal, hasta el 11 de mayo de 2015, cuando la entonces presidenta Michelle Bachelet decidió remover a todo su comité político.
Si bien las circunstancias no son similares, en aquella ocasión anunció en entrevista con Mario Kreutzberger, que había pedido la renuncia a todo su gabinete, justo en medio de la crisis por el Caso Caval y el Caso SQM, cuando terminó dejando el que había sido su brazo derecho, el ministro del Interior Rodrigo Peñailillo.
En esa ocasión, Bachelet no dudó y removió al entonces titular de Hacienda, Alberto Arenas. Pero esa no sería la única vez que lo hiciera durante su administración, ya que el sucesor de Arenas, Rodrigo Valdés, dejó su cargo el 31 de agosto de 2017.
Ahora Piñera repite la misma fórmula, en medio de una crisis política y con un ministro de Hacienda cuestionado por sus declaraciones, tras recomendar a los románticos comprar flores, después que consignar su bajada de precios, frase que días después fue definida como una broma.
En el Congreso también hubo reacciones a este cambio de gabinete, que si bien dejó a muchos insatisfechos, esperan que sea el comienzo para los cambios que se solicitan en las movilizaciones, ya que existe una moderación del gabinete con la inclusión de nombres provenientes desde Evópoli.
La senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, comentó que este no es el momento de hacer recriminaciones por los cambios. “Hoy debemos tener generosidad, el país está en crisis y nadie entendería que hoy nos pusiésemos a reclamar por cargos más o cargos menos. Lo importante hoy es apoyar a los ministros en ejercicio y ayudar a que al país le vaya bien”, aseguró.
Mientras que el senador Alejandro Navarro respondió que “no se logra entender un cambio de gabinete que pareció un show televisivo, con aplausos, vítores y abrazos, como si todos los fallecidos, todas las víctimas de la violencia y la represión ya se hubiesen olvidado por parte del gobierno”, manifestó.
La diputada DC, Joanna Pérez, estimó que “esto fue tardío, pero se valora, es un primer paso para convocar, escuchar y reorientar la agenda política hacia donde quiere la ciudadanía. Valoro que llegue el ministro Blumel, que es dialogante, y espero que no cometa los mismos errores de Chadwick, que no escuchaba. También valoro la llegada de figuras de terreno, como el ministro Lucas Palacios”.
Por su parte, la diputada de RN, Francesca Muñoz, pidió hacer un cambio en el segundo piso de La Moneda. “Era importante que el Presidente hiciera los cambios necesarios para enfrentar la crisis y avanzar en la nueva agenda social impulsada por el gobierno. Ahora bien, junto a este cambio de gabinete, es necesario hacer cambios en los asesores del Presidente, hay responsabilidades ahí también”, cerró.
A nivel regional, los partidos políticos consultados quedaron relativamente conformes con los cambios, e incluso pidieron modificaciones a nivel regional.
Victoria Abarzúa, presidenta de Evópoli, calificó las nuevas medidas como necesarias. “Esperamos que los nuevos ministros designados estén a la altura de lo que Chile necesita y los extremos no contribuyen y esa es una línea que venimos planteando hace tiempo. La región se merece un cambio, hay carteras que están cojas”, aseveró.
Por su parte, Nicolás Hauri, timonel de la DC regional, indicó que el principal desafío del ministro Gonzalo Blumel se relaciona con los Derechos Humanos. “Ellos se tienen que hacer cargo de las respectivas transformaciones de fondo y asumir sus responsabilidades, por ejemplo, en los abusos cometidos por las fuerzas armadas y de orden en materias de Derechos Humanos durante el estado de excepción”.
Desde el gremialismo local, el presidente de la tienda, Alejandro Reyes, recalcó en que existe un recambio generacional. “Las personas que llegan traen una visión distinta, por lo que harán las cosas de forma diferente en como encarar las soluciones de los problemas que tiene el país, hemos tenido una rigidez muy fuerte en el endeudamiento o en otras situaciones”.
Ambos presidentes también pidieron modificaciones en el gabinete regional.