Política

Osvaldo Andrade: “La gradualidad es clave para atenuar los impactos negativos en esta reforma”

El ex presidente del PS analizó el devenir del análisis del proyecto que pretende disminuir la jornada laboral de 45 a 40 horas y que ha generado más de un dolor de cabeza al actual gobierno. Andrade se ofreció a dialogar con el Ejecutivo.

Por: Marcelo Castro 22 de Septiembre 2019
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Si bien la visita que realizó a Concepción el ex presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, tuvo un carácter político y partidista, fue inevitable la conversación sobre el polémico proyecto para reducir la jornada laboral a 40 horas semanales. Sí, porque Andrade fue ministro del Trabajo durante la primera administración Bachelet, y como tal también le correspondió ejecutar la reducción de jornada de 48 a 45 horas, que se aprobó durante el gobierno de Ricardo Lagos. Al respecto, asegura que hay una palabra clave que hasta ahora ha sido muy poco mencionada tanto por el Gobierno como por la oposición; la gradualidad.

En efecto, el ex diputado por la zona sur de Santiago se mostró dispuesto a participar en una mesa con el Ejecutivo para aportar con su experiencia para la forma de poner en marcha la reforma.

-¿Cómo analiza usted el debate por la reducción de la jornada laboral a 40 horas?

– Extremadamente confusa y llena de despropósitos, especialmente por parte del Gobierno, lo que es difícil de entender, especialmente si el presidente durante su campaña habló de una jornada de 42 horas y ahora hay un proyecto que establece una jornada de 40, con un propósito claro, mientras que el gobierno presenta una jornada con 41 horas. Vemos una voluntad explícita por realizar modificaciones a la jornada, pero no hay condiciones para que se aúnen todas esas voluntades en un debate. Ha planteado una cosa con mucha desprolijidad, improvisación, anuncian presentaciones que no se hacen, tienen un proyecto que está muerto en el Senado, muestran expresiones de un descontrol manifiesto de la agenda.

-¿Han sido malos los argumentos que ha entregado el ministro?

-Han sido los malos argumentos porque han tendido a la caricatura y alguien que tiene la investidura de ministro debe entregar argumentos mucho más serios. Utilizar el fútbol o la Copa América para lo único que sirvió fue para la creación de todo tipo de memes y cosas graciosas, pero el debate por la jornada laboral es algo muy serio y no es para frivolizarlo. Además, el juego que existe con las cifras, que uno va a generar 300 mil desempleos, pero el otro va a generar 230 mil empleos es muy difícil de entender. Cuando se hagan los rankings de las cosas mal hechas por este gobierno, este proyecto de ley lo va a encabezar.

-Usted habla de las cifras entre ambos proyectos, pero eso genera aún más dudas que certezas.

-Por eso digo que como línea argumental es mala y si usted agrega ni lo uno ni lo otro tiene mucha consistencia desde el punto de vista técnico, hace que se generen más incertidumbres que certezas. Los proyectos laborales deberían apuntar a generar certezas con los trabajadores, ya que se trata de algo relevante. Cuando se rebajó la jornada de 48 a 45 horas nada de lo que se dijo ocurrió. El método para resolver la incertidumbre es la gradualidad. Un buen consejo para gobierno es que tomen el proyecto de las 40 horas, patrocinarlo e incorporar el tema de flexibilidad en ese proyecto y discutirlo de una vez por todas.

-El gobierno centra todo el debate en la flexibilidad.

-El gobierno puede incluirlo perfectamente y no lo quiere hacer por un tema comunicacional y no quieren entregar un triunfo a las diputadas del PC, pero la derrota comunicacional ya la tienen y es manifiesta.

-Fue en el gobierno de Ricardo Lagos en donde se aplica la rebaja de jornada laboral y usted fue ministro del Trabajo de la administración siguiente, que es la de Michelle Bachelet. ¿Qué problema tuvieron?

-Ninguno, precisamente porque la gradualidad fue el factor de atenuar los impactos negativos en esta reforma. En los distintos proyectos laborales se ha utilizado la gradualidad para atenuar las implementaciones de las reformas necesarias.

-¿Qué falta?

-Más diálogo, más opinión, especialmente de aquellos que se van a ver afectados como los son los trabajadores y los gremios, además de voluntad política por dialogar. Si La Moneda me invita yo estoy dispuesto a sentarme conversar con ellos.

Etiquetas