En medio de la discusión presupuestaria, el ex militante radical dijo que es necesario pensar en cambios respecto a la forma en cómo se distribuyen los recursos nacionales y regionales.
“Hemos escuchado muchas opiniones y diagnósticos que, no cabe duda que son compartidos, respecto de que el monto es exiguo (…). Por eso creo que esto debe presentar una oportunidad para que los parlamentarios o las autoridades, y desde luego a nivel nacional, abramos un debate respecto a que esto no puede volver a pasar”.
La frase inicial es de Augusto Parra Ahumada, presidente de la Fundación República en Marcha, y alude a la forma en cómo se distribuye el presupuesto regional o Fondo Nacional de Desarrollo Regional (Fndr), a propósito de los $76 mil 490 millones que recibiría la Región del Bío Bío el próximo año.
El político cree, en efecto, que es tiempo de hacer cambios.
Dijo, por ejemplo, que es necesario terminar con “la procesión” a Santiago que todos los años realizan las autoridades de las distintas regiones del país para solicitar recursos a la Dirección de Presupuesto (Dipres) y la subsecretaria de Desarrollo Regional (Subdere), que les permita cumplir con el arrastre y los compromisos presupuestarios.
“Tenemos que bregar porque el Fndr se planifique a largo plazo, ojalá aprobarse cada cinco años, de tal manera que sepamos cual será nuestro presupuesto año a año. Solo cuando tengamos esa claridad podemos planificar el desarrollo de la Región”, manifestó Parra.
Quien fuera militante radical dijo que este tipo de iniciativas no tiene color político, pues son temas de Estado y, además, debe surgir de la Región. Pero eso no es todo.
En la Fundación, comentó Parra, son partidarios de revisar el Fndr como instrumento. Dijo que cuando fue creado, a fines de la década del ochenta, en plena dictadura, el objetivo era reducir brechas territoriales, pero “hoy estamos profundizando las desigualdades”.
“Con el paso del tiempo, el Fndr se transformó en un bolsillo de payaso que financia todo. Desde iniciativas de gran envergadura, desde el punto de vista de la infraestructura regional, pasando por el 2% de financiamiento a algunas organizaciones o inversiones en programas de mejoramiento de barrios, electrificación, agua potable o los Fril. A veces, vale la pena preguntarse, qué coherencia tiene el gasto en relación a los instrumentos de planificación regional”, comentó.
Parra sostuvo que hay repensar el Fndr para que esté destinado a las comunas que dependen de él y eso tiene que estar separado de “los instrumentos que nos permitan, de verdad, promover el desarrollo y subir a Chile a la era de la cuarta revolución industrial”.
Reconoció que esto depende de todos los actores políticos y, en su opinión, se debe hacer una corrección en el discurso.
“Fíjate que distintos sectores políticos hablan y priorizan en su agenda el tema de la desigualdad y la principal fuente de desigualdad es territorial, y no lo digo yo, lo dice el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en su libro ‘Desiguales’ publicado el 2017. Entonces, cuando hablamos de descentralización estamos hablando de corregir esas desigualdades”, dijo.
Agregó que hay que pensar en el proyecto de rentas regionales e introducir modificaciones “muy profundas” al sistema de inversión pública, “porque se está promoviendo las desigualdades”.