Mientras Evópoli y el PRO completaron su proceso de reinscripción de militantes, los tradicionales, a excepción del PS, continúan luchando por lograrlo. 

Karla Altamirano Pérez
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Faltando sólo 23 días para que finalice el proceso de refichaje e incorporación de nuevos militantes, los conglomerados políticos continúan realizando, a contrarreloj, actividades para lograr la meta impuesta por la Ley de Fortalecimiento de la Democracia. 

Hasta el momento, sólo Evópoli, el Partido Progresista y el Partido Socialista han logrado superar los 18 mil 500 militantes. Mientras los demás conglomerados luchan por llenar los cupos faltantes en menos de un mes, estas colectividades se mantienen tranquilas. Para ellos, ha llegado el momento de los análisis y los aprendizajes. 

Desde los casos de corrupción hasta la falta de tiempo para reclutar militantes, cualquier excusa es válida para negar una realidad que hoy, más que nunca, ha quedado demostrada: la ciudadanía no confía en los políticos. 

El reino de la desconfianza

En los últimos años se han conocido variados casos de corrupción o de malas prácticas en la política chilena. Desde el PS, el PRO y Evópoli, aunque difieren en muchos puntos, están completamente seguros de que este ha sido uno de los principales factores para que la ciudadanía elija apartarse de los partidos tradicionales. 

Francesca Parodi, presidenta regional de Evópoli, tiene un diagnóstico claro respecto al tema. Para ella "existe un agotamiento general de la ciudadanía. Los casos de corrupción han hecho mucho daño y la mano suave de los partidos, respecto a estos temas, se toma como una señal de falta de interés. Han sido demasiado blandos con los involucrados en estos casos". 

Desde el PS y el PRO comparten su opinión, aunque añaden que, para ellos, más que ser un tema de los partidos, es una crisis de nuestro modelo de sociedad. 

"La corrupción no sólo está en la política, sino que también en las élites y las instituciones. La gente se siente engañada y cree que contribuyó a elegir personas que sólo buscan enriquecerse a costa de ellos. La ambición y el lucro no pueden estar por sobre las prácticas honestas", añadió el presidente regional del PS, Juan Matamala. 

En un escenario donde la desconfianza en el sistema es la nueva reina, los timoneles coinciden en que lo que necesitan los otros partidos es recobrar su credibilidad y sincerar las militancias al interior de sus conglomerados. Según Hernán Pino, presidente regional del PRO, "la gente está cansada de los partidos tradicionales, de que levanten propuestas y después no cumplan".

Padrones inflados

En un complicado panorama electoral, las partidos políticos no sólo tuvieron que enfrentarse a la falta de confianza de la ciudadanía, sino que también a sus propios errores administrativos que los llevaron a tener un padrón que no se condice con la realidad. Según la última información del Servel, hay partidos que registran hasta 97 mil militantes menos de los que tenían consignados en el año 2016. 

"Yo creo que los partidos políticos, en general, se confiaron bastante en los tiempos del proceso. Nosotros tuvimos una dificultad bastante mayor y, por lo mismo, empezamos desde el día uno. Ellos, en general, estaban muy confiados del padrón que tenían, que evidentemente estaba inflado y por eso sólo empezaron a salir en las últimas semanas", explicó Parodi.

Es ella misma la primera en señalar que, en ese contexto, lo importante es atraer a nuevos militantes con nuevas ideas, un ámbito donde los partidos tradicionales han fallado bastante en el último tiempo. Esto fue, según los timoneles, la clave para obtener nuevos militantes o refichar a aquellos que ya formaban parte de sus colectividades. 

Migración a los emergentes

Por su parte Pino, aunque concuerda con Parodi respecto a la necesidad de nuevas ideas, cree que "los partidos se confiaron de los militantes que creían tener, no consideraron los nuevos partidos y agregaron otro factor, el voto voluntario, lo que de por sí disminuyó los votantes en las elecciones y dividió aún más los votos". 

Para ambos, el traslado de los militantes se explicaría pues, en esta nueva forma de entender la política, los partidos nuevos representan un cambio en las ideas y una comunidad que busca políticos con las manos limpias, más alejados de los casos de corrupción y enfocados en figuras nuevas. 

Para el timonel del PS, como representante regional de uno de los llamados partidos tradicionales, es hora de hacer un cambio en la política nacional y asumir que, ante un nuevo modelo de sociedad, hay que hacer cambios. "Hay un modelo de construcción de partidos que está obsoleto y fuera de foco, algo que el refichaje demostró. Esto fue un tirón de orejas para todos los partidos, pues ninguno se escapó de esta realidad", concluyó Matamala.