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El negocio que cambió la vida de Gabriel Massuh en Chile

Mientras muchos buscan ideas disruptivas para emprender, Gabriel Massuh construyó su éxito a partir de un producto cotidiano. Esta es la historia de cómo el plátano se convirtió en el eje central de un negocio líder en Chile.

Por: Contenido Externo 19 de Agosto 2025
Fotografía: Cedida

Gabriel Massuh Isaías es un empresario que llegó a Chile en los años 90 desde Ecuador con 23 años y una idea clara en un entorno dominado por grandes industrias tradicionales.
El punto de inflexión no fue una gran revelación ni una reunión con inversionistas. Fue una observación. Notó que el plátano, una fruta esencial en la mesa de los chilenos, no se producía en el país.

Todo lo que se vendía debía importarse. Y como ecuatoriano, sabía de primera fuente cómo funcionaba ese mercado.

Esa mirada, tan aparentemente sencilla, lo llevó a tomar la decisión más importante de su vida: fundar una empresa dedicada a importar plátanos de manera eficiente.

El producto ya existía, la demanda también. Lo que faltaba era alguien que hiciera el trabajo con precisión y confiabilidad.

Massuh tenía un enfoque distinto al de otros empresarios. Él vio un vacío estratégico: una demanda constante, competencia no especializada y una cadena logística que podía ser optimizada con inteligencia, visión y método.

La consolidación del método Gabriel Massuh

Massuh enfatiza que la clave del éxito está en la disciplina y la perseverancia. “Estos valores me ayudaron a superar los desafíos iniciales que conocí y así formar mi credibilidad en el mercado, entre mis colegas y mis clientes hasta el día de hoy”, afirma.

Pero el paso de idea a negocio no fue inmediato. Estuvo marcado por una lógica simple y poderosa: tomar algo que todos consumen y hacerlo mejor que nadie.

Así nació Bagno, una empresa que comenzó importando plátanos desde Ecuador y que, con los años, diversificó su oferta hasta liderar el mercado de frutas tropicales en Chile.

La elección del plátano no fue casual. Se trata de un producto con alta rotación, demanda predecible y márgenes que pueden mantenerse estables si se gestiona con precisión.

Pero más allá del producto, Massuh construyó un modelo de negocio basado en la eficiencia logística y la confiabilidad operativa.

“La ejecución vale más que la idea”, según Massuh

Consultado sobre las claves de su éxito en el país y sin desmerecer sus errores, Massuh se aferra a la capacidad y visión que lo impulsó.

Gabriel Massuh aclara que no inventó una tecnología ni creó una categoría nueva. Pero que sí entendió algo esencial para cualquier negocio: el valor está en la ejecución.

Su modelo funcionó porque fue capaz de coordinar tiempos, temperatura, proveedores, transporte y distribución de un producto altamente perecible, sin margen de error.

Y su frase lo resume todo: “Más que vender frutas, ofrecemos certeza”. Esa certeza, en la industria alimentaria, vale más que cualquier innovación de laboratorio.

La historia de Gabriel Massuh entrega una enseñanza clave para quienes buscan emprender: no siempre hay que buscar lo extraordinario para construir algo exitoso. A veces, el secreto está en mirar con atención lo que todos usan, pero pocos gestionan bien.

En su caso, fue un plátano. Luego otras frutas. Para otros, puede ser cualquier producto o servicio.

Lo importante es ver más allá de lo evidente, aplicar rigor en la ejecución, y construir confianza en cada eslabón del negocio.

Gabriel Massuh transformó una fruta común en una oportunidad extraordinaria. Su caso no es solo una historia de éxito, sino una invitación a repensar el origen de las grandes ideas: no siempre vienen del laboratorio o de Silicon Valley, a veces están dentro de una caja de frutas.

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