Cada diciembre nos enfrentamos a los cierres de periodos escolares, académicos y laborales. Hay evaluaciones que rendir, balances que realizar, mientras que al mismo tiempo se organizan paseos, fiestas de fin de año, ceremonias. Se anticipa la cercanía de la Navidad, Año Nuevo y vacaciones. Todo esto, junto a una tendencia natural a hacer en estas fechas un balance del cumplimiento de metas también en lo personal, genera una presión por rendir y aumento de ansiedad, que a veces perturba el buen desempeño, a lo que sigue una sensación de inefectividad, que incrementa aún más la ansiedad, apareciendo temor a fracasar, sufrir, incluso, defraudar. En este contexto el cerebro recibe un mensaje de “peligro” y echa a andar los mecanismos de alerta habituales y respuesta de estrés.
Es importante reconocer el impacto que estas celebraciones pueden tener en la salud mental de las personas. Aunque para muchos son momentos de alegría y unión, para otros pueden generar estrés, ansiedad o sentimientos de soledad asociados a factores propios de estas fechas.
Nicolás Obreque, psicólogo de Grupo Cetep, ecosistema de soluciones de Salud Mental y Bienestar, indica que hay varias formas de poder responder a este estrés y mitigar el impacto que puede provocar en la Salud Mental. “Durante las festividades, las personas pueden experimentar un aumento en el estrés debido a múltiples factores, como lo son, las demandas sociales, la planificación de eventos y las expectativas personales. Además, en estas fechas la comparación con los demás, la nostalgia o la sensación de aislamiento pueden intensificarse, contribuyendo a generar cuadros de ansiedad y depresión”, explicó.
El profesional argumenta que la presión social y cultural nos empuja a estar felices en esta época, hacer regalos, estar en armonía con la familia, entre otras. A fin de año muchas personas hacen un balance de su vida y al no poder responder a esas expectativas impuestas, tiene como respuesta esa sensación melancólica e incómoda. “No siempre vamos a estar en armonía con nuestra familia, a veces por razones
bastantes justificadas, no siempre tendremos dinero suficiente para hacer regalos a todos quienes quisiéramos, pero al no cumplir con estas demandas de la sociedad se genera una sensación de estrés que afecta negativamente a algunas personas” agregó.
Nicolas Obreque, quien es parte del grupo de profesionales del Grupo Cetep en Concepción, enfatiza que por otra parte las personas neurodivergentes o con características de personalidad que prefieran ambientes menos sociales, más tranquilos, pueden experimentar altos niveles de estrés y angustia al sentirse presionados de hacerse parte de actividades que no les acomoda, como fiestas, cenas, intercambios de regalos. Por el contrario, personas con mayor necesidad de estar con otros y que por distintos motivos están más aislados experimentan una exacerbación de su soledad en esta época en que las personas tienden a rodearse más de compañía para celebrar.
“Estos factores pueden provocar síntomas como tristeza, irritabilidad, angustia, ansiedad, estrés, insomnio, entre otros. Estos síntomas pueden sostenerse por mucho tiempo y agravarse al punto de generar un trastorno que requiera de un manejo médico”, puntualiza.
Por ende, es crucial anticiparnos y gestionar estas situaciones de manera efectiva. En este sentido, el psicólogo Nicolás Obreque nos brindó valiosas recomendaciones para asegurar que las festividades de fin de año no se conviertan en una fuente de estrés:
Gestionar las expectativas: Establecer expectativas realistas y recordar que no todas las celebraciones son perfectas. Y que cada uno tiene un contexto diferente.
Establecer límites: No temer en establecer límites para proteger la Salud Mental. Es crucial saber decir “no” a compromisos que generen excesivo estrés.
Conexión Social: Toda relación o vinculo social debe estar mediada desde aquello que nos acomode y nos haga sentir pleno. Todos tenemos maneras diferentes de socializar y niveles distintos en que necesitamos hacerlo, pero mantener una conexión con otros es fundamental para el Bienestar emocional.
Tiempo para uno mismo: Incluir momentos de autocuidado y reflexión. Reconocer los niveles de estrés, tener espacios de distracción y equilibrar adecuadamente el tiempo personal con los otros roles que cumplimos en el diario vivir es esencial para nuestra estabilidad.
Buscar Ayuda Profesional: Si reconocemos que no somos capaces de manejar adecuadamente la situación, que la angustia, tristeza o estrés han empezado a entorpecer mi vida, no debemos dudar en buscar el apoyo de un profesional de la Salud Mental.
La Salud Mental es un aspecto fundamental de nuestro Bienestar y un elemento clave dentro de la integridad de las personas que debemos cuidar durante todo el año, pero especialmente en estas fechas. La clave reside en reconocer las propias necesidades y cuidar activamente de nosotros, podemos pedir y ofrecer ayuda siempre.
Nicolás Obreque, psicólogo Grupo Cetep.