La trayectoria de Juan Castellón Larenas —jurista, periodista, académico y político chileno nacido en 1843— constituye un ejemplo elocuente de una generación que concibió la vida pública como un servicio integral al país. Hijo de una familia de la provincia de Concepción, Castellón creció en un ambiente de intensa participación cívica y de valoración de las letras, elementos que marcaron profundamente su posterior quehacer. Su formación jurídica y su temprana inclinación por la escritura lo insertaron desde joven en el debate intelectual de su ciudad, donde colaboró activamente en revistas y diarios políticos. Este doble interés —por la ley y por la palabra— sería una constante que atravesaría toda su vida pública.
Su ingreso al mundo profesional se consolidó en 1867, cuando juró como abogado. No obstante, su vocación no se limitó al ejercicio forense: prontamente se interesó por la educación, ámbito en el que dejó una huella significativa al asumir como Rector del Liceo de Concepción entre 1877 y 1881. Desde esa posición impulsó la formación humanista y técnica de generaciones de jóvenes, convencido de que la construcción republicana pasaba por el fortalecimiento de la instrucción pública. Su labor docente, que incluyó la cátedra de “Práctica Forense y Código de Minería”, reveló un sentido pedagógico que complementaba con naturalidad su visión política.
Precisamente en el terreno político, Castellón encontró uno de sus principales espacios de actuación. Militante del Partido Radical, se transformó en una de sus figuras más influyentes en Concepción y luego a nivel nacional, llegando incluso a presidir su Junta Central en 1901. Su ideario radical —orientado a las libertades civiles, la enseñanza laica y la modernización del Estado— marcó profundamente su actuación parlamentaria, desarrollada durante más de cuatro décadas. Fue diputado y senador por diversas circunscripciones, demostrando una capacidad notable para adaptarse a las necesidades locales sin perder de vista los desafíos del país.
No menor fue su aporte en el campo del periodismo. Participó activamente en la fundación del diario El Sur en 1882, una de las instituciones más perdurables de la vida pública penquista. Desde sus páginas, Castellón buscó articular un espacio de opinión modernizador y crítico, que fortaleciera la discusión republicana en el sur de Chile. Esta faceta revela su convicción profunda en el poder de la prensa como instrumento de educación cívica y como plataforma para el pluralismo político.
Su carrera en el Estado alcanzó también dimensiones ministeriales. Ocupó en varias ocasiones las carteras de Relaciones Exteriores, Justicia e Instrucción Pública, participando en momentos decisivos para el país. Su papel durante la Revolución de 1891 es especialmente ilustrativo: opositor al gobierno de José Manuel Balmaceda, fue detenido y posteriormente exiliado. Lejos de paralizar su vocación pública, el exilio europeo lo llevó a profundizar estudios y a comprender con mayor claridad los procesos políticos internacionales, experiencia que luego integraría a su visión de Estado.
Al regresar a Chile, Castellón retomó su influencia política, y en 1914 —ya con más de setenta años— decidió volver a la Cámara como diputado, un gesto inusual que demuestra su persistente compromiso con los territorios y con el parlamentarismo. Más tarde, su designación como Consejero de Estado reafirmó el reconocimiento institucional hacia su larga trayectoria.
Juan Castellón Larenas falleció en Santiago el 14 de septiembre de 1919, dejando tras de sí una vida consagrada casi por completo al servicio público.
Alejandro Mihovilovich Gratz
Investigador Histórico