Al comprar adornos, alimentos, vestuario o artesanías de emprendedores nacionales estamos invirtiendo en nuestro propio país.
Cuando se acerca el cierre de año, las calles, las plazas y los comercios online se llenan de ideas de regalos, productos festivos y ofertas irresistibles. Es una época en que el consumo parece inevitable, pero también puede transformarse en una oportunidad clave para fortalecer lo nuestro: las pequeñas y medianas empresas y los emprendedores locales que, en silencio, llevan sobre sus hombros una parte esencial de la economía del país.
Hoy en Chile existen cerca de dos millones de microemprendedores y las PYMEs representan aproximadamente el 98% de las empresas activas, dando empleo al 64% de las personas ocupadas. Sin embargo, su participación en las ventas nacionales apenas llegan al 12,5%. Esa brecha no solo refleja desigualdad de mercado, también nos interpela como consumidores: ¿estamos valorando realmente el aporte de quienes crean desde lo local?
Al preferir a una PYME no solo compramos un producto o servicio, estamos apoyando una fuente de empleo que muchas veces está en nuestra propia comuna, que paga impuestos en Chile, que apuesta por innovar, adaptarse y ofrecer diversidad frente a la homogeneidad de la producción masiva. Además, comprar local significa menos huella de carbono, menos transporte y más cercanía con quienes producen. Es, en definitiva, un acto que fortalece la economía y a la vez construye comunidad.
Estas fiestas son un momento concreto para hacer un gesto que va más allá del regalo: elegir con conciencia. Al comprar adornos, alimentos, vestuario o artesanías de emprendedores nacionales estamos invirtiendo en nuestro propio país. Cada compra en una feria, en un pequeño comercio o en una tienda digital local es un acto de patriotismo económico que contribuye a una economía más justa, descentralizada y sostenible.
Claro que los emprendedores enfrentan barreras: financiamiento, formalización, costos de insumos y la competencia desigual con grandes cadenas. Pero justamente por eso nuestro rol como consumidores se vuelve aún más relevante. Preferir a las PYMEs es decirle al país que valoramos el esfuerzo, la creatividad y la resiliencia de quienes se atreven a emprender.
En estas fechas de celebración, al elegir un regalo, pensemos más allá del precio o de la comodidad: pensemos en qué tipo de Chile queremos construir. Cada vez que optamos por un emprendedor local, no sólo llevamos a casa un producto, llevamos también el esfuerzo de una familia, el sueño de un proyecto y la esperanza de que apostar por lo nuestro vale la pena.
María Elba Chahuán
Vicepresidenta y Fundadora de Unión Emprendedora