Hablar de la importancia de nuestro flujo de trabajo como diseñador es un proceso que toma tiempo, dedicación y, sobre todo, que va de la mano con la emoción, que va desde una necesidad de entenderlo y generar propuestas que respondan a esas inquietudes.

Hoy con el uso de la inteligencia artificial de manera masiva, la que está presente en casi todas las áreas del conocimiento y la expresión, y es capaz de solucionarte dudas con tal de facilitar trabajos; no deja de ser preocupante como esa capacidad de pensar, saber analizar y generar una respuesta, se esfuma y no seamos capaces de resolverlo de una manera personal.

No digo que no sea el camino correcto en el mundo actual. El apuro por tener los resultados de algo han sido parte de lo acelerada que es la vida y se han incorporado en nuestra mentalidad diaria de manera eficiente dentro de los plazos que se necesiten en nuestros trabajos como profesionales. En el mundo del diseño, estas nuevas herramientas digitales han sido protagonistas, con nuevas metodologías capaces de generar información de manera rápida (desde material gráfico, modelado 3D, videos y otros elementos multimedia).

El problema radica en el abuso masivo de las herramientas (sin ser entendido o formado en esta disciplina), lo que afecta directamente a todos quienes trabajan dentro de la industria, desplazando a quienes han dedicado gran parte de su vida a la confección de este material.

En el mundo del diseño se han generado dudas sobre si esto reemplazará el trabajo de los profesionales, pensando que somos responsables de entender las verdaderas necesidades de los clientes y corregir el trabajo según el requerimiento y tener las posibilidades de crear con nuestro estilo para solo depender de una de las diversas aplicaciones que existen de manera masiva, desde estar en línea o para el celular. Evitando así la remuneración económica que cuesta este tipo de proyectos que van desde la creación de material audiovisual con herramientas gratuitas o pagadas, siendo usadas de manera masiva y sin restricciones.

El uso de estas herramientas masivas y que día a día están en constante actualización, son parte de todos los procesos creativos, de las toma decisiones finales y de uso para cualquier beneficio, entonces: ¿habrá criterio y límites del uso de estas herramientas sin saltarse el estilo personal y no abusar de estas?

Usemos todas las herramientas que existen para facilitarnos parte del trabajo, para tomar las primeras decisiones, para dar el primer paso, para darle un comienzo cuando la confusión está presente a la hora de trabajar, pero sin dejar de lado nuestra capacidad de pensar, analizar y por, sobre todo, seguir ampliando el conocimiento en nuestras herramientas que usamos durante nuestros flujos de trabajo. Todo para seguir mejorando como profesionales y siempre entregar ese toque humano y real que los clientes necesitan.

Cristián Lagos
Facultad Tecnológica Usach