Pedro Vera Castillo
Delegado Junta Nacional PDC
El actual escenario político chileno refleja que las expectativas de más justicia social, más desarrollo y más democracia que se manifestaron en octubre de 2019 y se depositaron en los dos procesos de reforma constitucional fracasados, lejos de haber sido satisfechas, han derivado en un terreno fértil para la disidencia y la búsqueda de nuevas respuestas.
Las dos principales respuestas a esta situación han sido protagonizadas por la nueva derecha, que se construye sobre los cimientos de partidos tradicionales nacidos al amparo de la dictadura, y que se propaga también globalmente, con rasgos autoritarios y antidemocráticos y con políticas regresivas en derechos sociales; y una nueva centroizquierda, amplia y diversa, representada por el liderazgo de Jeannette Jara, que apuesta por converger en un amplio arco político que, incluyendo a la Democracia Cristiana, exprese las aspiraciones y angustias del pueblo chileno.
Ante estas opciones, nuestro deber es optar por el cauce que permita desarrollar mejor los postulados de paz, justicia, libertad, inclusión y solidaridad de la doctrina humanista cristiana.
Ese es el dilema que enfrenta y frente al cual debe decidir sin ambigüedades este fin de semana la Junta Nacional Extraordinaria de la Democracia Cristiana.
Jeannette Jara ha enfatizado que su propuesta es pluralista y mayoritaria, reflejando la necesidad de estabilidad y gobernabilidad en un contexto político complejo. Por ende, nuestra voluntad de participar en este proceso entraña apertura al diálogo y a la unidad entre todas las fuerzas progresistas, pues no podemos soslayar que en la elección presidencial de noviembre próximo nos enfrentamos a una coyuntura política extraordinaria, con el riesgo cierto de que la extrema derecha pueda gobernar Chile, sumando nuestro país a la ola de gobiernos populistas que se han instituido por todo el mundo, los que, a través de discursos de odio, han generado mayor polarización, división, caos y violencia.
La actual es una oportunidad para que la Democracia Cristiana continue sirviendo a Chile y su pueblo desde nuestro espacio en la centroizquierda. Una solicitud de respaldo al liderazgo de Jeannette Jara y de formar parte de una nueva coalición de gobierno que refleje en su programa la diversidad de propuestas y prioridades del país. Una disposición generosa para unir esfuerzos en torno a una lista parlamentaria unitaria que maximice el rendimiento electoral y asegure un gobierno de mayorías, e impida el obstruccionismo legislativo de las derechas.
El camino que proponemos representa una garantía para el pueblo de Chile. La inestabilidad institucional, la inseguridad sobre el futuro y la incertidumbre global no deben conducirnos a mayores temores. En cambio, podemos enfrentar pacíficamente y de manera dialogante las insatisfacciones y heridas que, hasta ahora, nuestra sociedad y la política no han logrado superar.
Ese sigue siendo el deber ser inexcusable de la Democracia Cristiana y confiamos en que su Junta Nacional haga honor a este desafío.