Opinión

Transformar la educación del futuro

Por: Diario Concepción 11 de Septiembre 2024
Fotografía: Cedida

Antonia Anastassiou
Fundación Mustakis

¿Cuál es la diferencia entre innovación e innovación social? La primera suele enfocarse en avances tecnológicos, productivos o empresariales, mientras que la segunda se centra en la creación de nuevas soluciones, estrategias, productos o servicios que abordan desafíos sociales, mejorando el bienestar de las personas y promoviendo cambios positivos en la sociedad.

Pero, ¿qué significa en la práctica innovar socialmente? Se trata de desarrollar soluciones frescas y efectivas para problemas sociales para transformar sistemas que necesitan un cambio. Desde pequeñas comunidades hasta grandes ciudades, la innovación social está detrás de proyectos que generan efectos reales y duraderos ante desafíos globales como la crisis educativa, el cambio climático, la inseguridad alimentaria o el acceso a la salud.

Las innovaciones sociales pueden surgir en diversos sectores, y a menudo involucran la colaboración entre diferentes actores sociales, incluyendo organizaciones sin fines de lucro, gobiernos, empresas y comunidades. Estas innovaciones no solo buscan resolver retos inmediatos, sino que también tienen el potencial de renovar estructuras y sistemas existentes, promoviendo un cambio profundo y sistémico.

Y para que florezcan, es fundamental contar con líderes inspiradores y agentes de cambio apasionados, que posean habilidades de gestión, comunicación, empatía y resiliencia. Entendiendo que estos atributos necesitan de apoyo externo, nuestro sistema educativo es uno de los grandes responsables de preparar a los jóvenes para observar el mundo de manera integral y actuar con creatividad y valentía.

En este sentido, la educación ya no es simplemente la entrega de conocimientos técnicos. Hoy su rol debe abarcar al estudiante de forma integral, entendiendo la importancia que tiene en el desarrollo de los líderes del futuro y en el fomento de la innovación social. Por eso, la experiencia de aprendizaje debe ser abordada a través de prácticas y herramientas innovadoras y promover valores como la gratitud, la responsabilidad social, el pensamiento crítico y la colaboración. Programas que combinan teoría y práctica, y que facilitan la participación en proyectos sociales, son claves para formar individuos capaces de hacer una diferencia significativa.

Como sociedad debemos interiorizar la idea de que la innovación social es más que una estrategia; es una forma de vida que busca mejorar nuestro mundo y el de quienes lo habitamos. La educación y el liderazgo son fundamentales para generar un cambio real y duradero, por lo que al apoyar a líderes y fomentar una educación que inspire, damos pasos concretos hacia un futuro más justo y prometedor creando un entorno propicio para la innovación y el cambio. Así, cada nuevo líder y cada idea innovadora nos acercan a un entorno mejor para todos.

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