Es hora de aprovecharla y llevarla a nuevas fronteras.
Cristina Donoso Alarcón
Gestora tecnológica, Innovación y Propiedad Intelectual de la Oficina de Transferencia Tecnológica UCSC
En el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, es oportuno reflexionar sobre su significado en nuestra sociedad, especialmente en una ciudad tan diversa en creatividad como Concepción. Reconocida internacionalmente en 2023 por la Unesco como “Ciudad Creativa de la Música” y destacada a nivel nacional por su excelencia científico-tecnológica gracias a sus universidades, institutos, centros de investigación y empresas innovadoras.
Esta vibrante creatividad y constante innovación tecnológica adquieren su verdadero valor cuando impactan en la vida de las personas, ya sea a través de un libro, una canción, una herramienta innovadora, un nuevo envase o medicamento, entre otros. Es crucial reconocer a estos con valor, en los cuales una o varias personas, ya sea en el ámbito técnico como inventores(as) o autores(as), han invertido su tiempo, dinero y, por qué no decirlo, sus sueños. La implementación de nuevas tecnologías y obras, no solo persiguen el bienestar económico, sino que también busca un propósito más elevado: transformar realidades. En este contexto, instituciones como la Universidad Católica de la Santísima Concepción reconocen el papel fundamental de la colaboración para sacar del laboratorio sus desarrollos de la mano de actores externos, como emprendedores, entidades públicas y educativas, entre otros, para acercar el conocimiento y la propiedad intelectual a las comunidades.
Tanto las personas como las instituciones que generan conocimiento y propiedad intelectual disponen de portafolios abiertos y disponibles para concretar mejoras e implementar soluciones que van desde ideas simples hasta contribuciones a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En este Día Mundial de la Propiedad Intelectual, mi invitación es a explorar el vasto potencial de la propiedad intelectual disponible en Concepción y en Chile en su totalidad. Más allá de simplemente retenerla aquí, esta propiedad intelectual está lista para salir al mundo y contribuir a un futuro más innovador y próspero para todos. Es hora de aprovecharla y llevarla a nuevas fronteras.