Opinión

El carretón y el espejo

Por: Diario Concepción 15 de Abril 2024
Fotografía: Cedida

Dr. Javier León Aravena
Académico Universidad del Bío-Bío

De vez en cuando se cruza en pleno centro de Concepción un carretón, ese móvil de otra época, en la que el jinete/conductor, la carreta/carruaje y el caballo o los bueyes fueron la tecnología de punta y dominante. Hoy, por supuesto, no es así. El rey automóvil lo desplazó, tal como el reloj digital al análogo, la televisión digital a la análoga y así un largo etcétera. Sin embargo, el carretón (o carreta), aunque no masivo, está presente aún como herramienta de trabajo más bien informal y de subsistencia de algunas familias que viven en esta área metropolitana. No estamos hablando de carruajes turísticos, sino de móviles que reflejan las precariedades de una sociedad que aún está atada a dicha tecnología.

Pero, no solo son carretones los que nos atan a otra época, otro siglo y milenio. A pocos metros del centro de la capital regional, encontramos calles de tierra al borde de una línea ferroviaria que cruza sin medidas de seguridad entre lugares densamente poblados. Si, así, tal como en reportajes de ciudades lejanas de Oriente estigmatizadas por la pobreza y el desorden urbano. Pero no es solo eso. Tenemos el récord, no sé si mundial, de demorarnos más de 10 años en construir un puente y otros muchos puentes dañados en un área metropolitana que se pretende moderna. La lista de retrasos es larguísima y son retrasos de 10, 15, 20 o más años.

En contraste, bajo la permanente influencia de medios centralistas, aparte de enterarnos de que hay un choque en alguna esquina o un paso nivel inundado de alguna comuna de la capital, nos informan que seguirán ampliando el metro de Santiago, el más moderno de América Latina, maravillando a extranjeros por el desarrollo de Chile (o sea, la capital). Se amplían avenidas, se remodelan edificios, se construyen museos y parques… Chile, Santiago, se actualiza, se pone a tono con el siglo 21. Nosotros seguimos con el carretón del milenio pasado.

En este punto es bueno mirarse al espejo, otra tecnología antigua pero siempre vigente. Biobío y su área metropolitana en ese espejo se verán descuidadas, con monumentos sucios, fachadas de lata con grandes letreros en pleno centro, enjambres de cables, casas o edificios de gran valor arquitectónico convertidos en tiendas de retail o comercio detallista de poco valor llamados mall. Y creo que ese espejo mostrará una ciudad decadente.

Entonces habría que poner frente al espejo a las personas de este lugar. A la clase política, al empresariado, artistas, intelectuales y educadores, a las vecinos y vecinas. ¿Qué saldría en el espejo? Es bueno conversarlo, aceptar el estancamiento y la decadencia, imaginar alternativas y actuar.

Etiquetas