Óscar Menares Hernández
Director Regional del Instituto de Seguridad Laboral Biobío
Abril es el mes en que el Instituto de Seguridad laboral desarrolla actividades de difusión de la cultura preventiva y promoción de derechos en el ámbito de la Salud y Seguridad en el Trabajo.
El origen de esta conmemoración se remonta a 1996, año en que las organizaciones sindicales establecieron a nivel mundial el 28 de abril como el Día Internacional en Memoria de los Trabajadores Fallecidos y Heridos, honrando la memoria de las víctimas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Posteriormente la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dispuso esta fecha como el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo.
Es en este espíritu que nuestro Instituto generará actividades este mes orientadas a sensibilizar en torno a la Prevención de Riesgos, por medio de capacitaciones y charlas en colegios, ferias cívicas, capacitaciones, actividades de Pausas Laborales y seminarios para Trabajadores y Trabajadoras Independientes, del Sector Privado y Público, entre otros, pero también a las entidades empleadoras.
En este marco cobra particular importancia la sensibilización hacia los empleadores que en ocasiones asumen que la prevención de riesgos es un gasto innecesario sin reparar en las graves consecuencias para la salud, seguridad y vida de quienes se disponen en su total humanidad para desarrollar labores por cuenta ajena a cambio un salario o remuneración. De ahí que resulta necesario insistir este mes en torno a la responsabilidad de los empleadores en relación a su obligación de proteger eficazmente a las personas que trabajan bajo su dependencia y subordinación, fundado en el principio que cada una de las personas que diariamente se dirigen hacia su fuente laboral, vuelvan a su hogar en las mismas condiciones en que lo dejaron, sin olvidar que siempre hay una familia que los espera.
Para este año la OIT centró la conmemoración en las repercusiones del cambio climático en la seguridad y la salud en el trabajo. Es indudable que los patrones climáticos cambiantes tienen notables repercusiones en el mundo del trabajo que se expresa en estrés térmico, radiación UV, contaminación atmosférica, entre otras, como igualmente en grandes incendios, lo que hace absolutamente pertinente la temática abordada en nuestra realidad nacional, materia que adquirirá particular relevancia en el marco las actividades de nuestro Instituto.