Opinión

Cipriano Sauré Dias de Godoy y Cea

Por: Diario Concepción 25 de Febrero 2024
Fotografía: Cedida

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador Histórico

Por muchos años, los penquistas que sentían el deseo de comer un dulce o necesitaban comprar una torta de cumpleaños se dirigían al local fundado por Cipriano Sauré, situado en el centro penquista.

El apellido de Cipriano Sauré Dias de Godoy y Cea se transformó en marca en Concepción y por 123 años su pastelería francesa tuvo continuidad en el tiempo, pasando su administración a su descendencia.

Cipriano Sauré nació el 20 de junio de 1874 y cuando tenía 20 años partió con su fábrica de pasteles, pastillas y galletas, en calle Colo Colo 671, de la capital regional. Se trató de toda una revolución en la época, ya que entonces solo había monjas a cargo de confeccionar y vender ese tipo de productos en la zona.

Pero su emprendimiento no fue fácil. Basta con mencionar que tuvo que diseñar y mandar a construir a la Fundición Leopold, ubicada en calle Rozas de Concepción, las piezas de fierro para un horno de pasada que requería, el cual poseía velocidad variable, tiempo de cocción regulado con una banda y cadenas para transportar las bandejas, lo que era un adelanto importante en ese período. Además, es un ejemplo del espíritu innovador que tenía Cipriano Sauré.

Con el tiempo, su fábrica creció y tenía la capacidad de hacer envíos a todo el país. El negocio fue golpeado por el terremoto de 1939, produciendo varios daños en el local, los cuales fueron superados con el tiempo. Logró tener 120 operarios a lo largo de Chile, distribuidos desde Talca hacia el sur.

No obstante, la mayor catástrofe de Sauré ocurrió en 1946, cuando una inflamación de alquitrán provocó un voraz incendio que destruyó totalmente la fábrica desde sus cimientos. Si bien, Cipriano Sauré Dias de Godoy y Cea falleció en 1949, su tradición repostera perduró gracias a Roberto Sauré Carpinello, quien levantó la fábrica nuevamente, quedándose solo con la pastelería. Su hermano Cipriano mantuvo la elaboración de galletas.

En 1968 el negocio comenzó a ocupar un local de calle Freire, el que albergó por más de 50 años los dulces Sauré. En febrero de 2019 la tradición pastelera que inició Cipriano Sauré bajó sus cortinas de manera permanente.

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