Opinión

Amasa Délano

Por: Diario Concepción 03 de Septiembre 2023
Fotografía: Diario Concepción

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía Investigador Histórico

Amasa Délano nació en Duxbury, Massachusetts, Estados Unidos en 1763. Fue un marino y viajero norteamericano. Ingresó a los 14 años a la marina militar de su país, sirviendo y combatiendo en variadas oportunidades contra los ingleses. Estando en la marina, se perfeccionó como armador naval, donde muchos de sus planos se convirtieron en los mayores buques que hasta ese entonces poseyó Estados Unidos.

En 1792 realizó viajes a la India. En 1800 recorrió el Pacifico y residió en el archipiélago de Juan Fernández, en la llamada isla de más afuera, dedicado a la caza de ballenas. El 20 de febrero de 1805, al mando del buque “Perseverance”, apresó en los alrededores de la isla Santa María al “Tryal”, que conducía un grupo de esclavos africanos amotinados que habían dado muerte a gran parte de la tripulación, en el viaje que los llevaba desde el puerto de Valparaíso hacia el Perú, donde iban a ser vendidos.

El capitán “Tryal”, Benito Cerreño, embarcó el cargamento de esclavos compuesto por veinte hombres, veintiocho mujeres y niños, entre los que se encontraba Babo y su hijo Mure, quienes, asociados con un esclavo empleado como calafate llamado Joaquín, organizaron el motín para obtener su libertad, tratando de llevar la embarcación hacia su lugar natal en África, cambiando el rumbo de la nave y dirigiéndola hacia el sur, buscando cruzar el estrecho. Es en este viaje de retorno, se cruzó el “Tryal” con el “Perseverance”, que se encontraba anclado en las inmediaciones de la isla Santa María.

Es allí, donde en un descuido de los captores, el capitán Cerreño se lanzó al mar y fue recogido por un bote del “Perseverance”, permitiendo a Délano perseguir junto a otros marineros armados, a la embarcación secuestrada. Una lucha que duró casi dos horas y en la cual apresaron a los amotinados, trasladándolos a Talcahuano para ser sentenciados por las autoridades del puerto. Fueron juzgados por Juan Martínez de Rozas, quien era entonces asesor letrado y delegado de la Intendencia de Concepción, cuya sentencia fue confirmada por la Real Audiencia de Santiago, condenando a los ocho africanos que habían sobrevivido a la lucha por su captura, a ser ahorcados en la Plaza Mayor de Concepción.

Debido a que el cementerio de Concepción estaba consagrado por la iglesia, era imposible la inhumación de individuos autores de asesinatos y otros delitos de lesa humanidad, por esta razón los cadáveres de los africanos ajusticiados fueron arrojados con una piedra amarrada al cuello a la antigua laguna que existía entre las calles Cruz, Prieto, Caupolicán y Colo-Colo, la cual, con el tiempo, fue llamada la laguna de los Negros.

Este hecho se mantuvo por muchos años en la memoria penquista, incluso se comentaba que Mure, en un castellano perfecto, se dirigió a la población, reconociendo justa la sentencia, pero que lo ocurrido era el resultado de la crueldad de sus captores y de su falta de derecho para ir a robar hombres libres a sus hogares en África.

Posterior a estos hechos, Délano continuó su viaje hacia las costas del Perú y atravesó el Pacifico llegando a China y terminando su viaje en 1807.

Más tarde, viajo a las Antillas y al Polo Norte. Desde sus viajes escribió su obra “A narrative of voyages and travels…” editado en Boston en 1817, que contiene interesantes referentes al comercio y navegación que fueron de gran utilidad para los marinos de la época.

Amasa Délano murió en Boston en 1823.

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