Es en esos primeros años, donde debemos permitirnos como adultos que las infancias nos muestren sus potencialidades y diversidades. Se dice que son el futuro, sin embargo, es hoy cuando formamos a las personas y ciudadanos que se dispondrán al bien común.
Karina Villarroel Ambiado
Directora Regional de Fundación Integra en Biobío
El maestro y pedagogo italiano Gianfranco Zavalloni, fue quien preguntándose qué le gustaba hacer a el de niño, cuáles eran sus derechos y quienes eran los encargados de mantenerlos, creó una especie de manifiesto que enumeraba los derechos naturales de niños y niñas.
Derecho al ocio, a ensuciarse, a los olores, al diálogo, a un buen comienzo, a la calle, al silencio, a los matices, a usar las manos, entre otros; no son más que características y formas que las infancias tienen de habitar el mundo y que pueden resumirse en una premisa: dejémosles SER niños y niñas.
Es por esto que como institución decidimos llegar a todos los estamentos, en especial a quienes se desempeñan en el aula e invitarles a sensibilizarse, ya que es en los primeros años de vida, donde se deja una huella imborrable.
En Fundación Integra reconocemos a las Agentes Educativas como mediadoras, promotoras de ambientes bien tratantes e interacciones afectivas que facilitan oportunidades de aprendizaje para niños, niñas y familias. Por esta razón, pensamos un encuentro que nos permitiera reflexionar en torno a quienes son las infancias para nosotros, pues lo que pensamos, escuchamos, vemos y sentimos acerca de ellas es determinantes al educar.
Como nos instaron los académicos Silvia López de Maturana y Carlos Calvo en su visita, a pensar la educación desde otras posiciones éticas y volver a conectarnos con lo que sentimos “Educar no es tarea de fabricación, sometimiento ni dominación, sino la práctica ética de libertad responsable desde los primeros años de vida”.
Es en esos primeros años, donde debemos permitirnos como adultos que las infancias nos muestren sus potencialidades y diversidades. Se dice que son el futuro, sin embargo, es hoy cuando formamos a las personas y ciudadanos que se dispondrán al bien común.
Es a través del cambio paradigmático en la educación chilena al que nos invita el Ministro de Educación Marcos Ávila, que podemos replantearnos ¿qué educación estamos pensando y para qué infancias? Escuchándoles y haciéndolos protagonistas es cómo podemos respetarlas y guiarlas con alteridad. Tal como decía Gabriela Mistral “Es necesario que un fuerte soplo de vida, de humanidad, pase arrasando todo esto y renueve los métodos de enseñanza”.