El reciente proceso constituyente 2021-2022 puso en el debate constituyente materias diversas, nunca antes abordadas en los debates históricos previos.
Amaya Alvez Marín
Abogada
Colectiva-Justicia en Derechos Humanos
La vida académica en derecho tiene elementos intelectuales desafiantes. Permite mirar el mundo desde ángulos jurídicos diversos, e incluso usando el derecho comparado es posible atisbar cómo distantes ordenamientos jurídicos resuelven hechos similares en otras latitudes. A la vez permite analizar la historia jurídica propia y la adecuación de las normas a la resolución de problemas sociales.
Chile ha tenido 12 Constituciones en su historia y la mayor parte de ellas han sido la forma de responder a crisis institucionales y a un conflicto instalado entre el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo.
El reciente proceso constituyente 2021-2022 puso en el debate constituyente materias diversas, nunca antes abordadas en los debates históricos previos: la participación política de mujeres en términos paritarios, el reconocimiento de derechos a los pueblos originarios, la distribución del poder en una forma jurídica de Estado Regional, la titularidad de derechos de la naturaleza, la existencia de bienes naturales comunes para abordar el cambio climático; y la existencia de garantías institucionales al catálogo de derechos fundamentales entre otras disposiciones. Ninguna de estas temáticas ha sido abordada por el actual proyecto, que comenzará a ser debatido estos días por el Consejo Constitucional. Nos preguntamos entonces si dichos temas fueron en realidad la razón del fracaso, o la exclusión de ellos en el presente proyecto se debe a la falta de consenso constitucional, o bien existen otras razones para esta omisiones.