Esta discusión decisiva importa al futuro del país y no sólo al futuro del partido demócrata cristiano.
PEDRO VERA CASTILLO
Militante DC
Los resultados de la reciente elección de los convencionales constituyentes han generado un nuevo escenario político. De particular gravedad, nos parecen estos resultados para nuestro partido: la Democracia Cristiana. De hecho, ni el PPD, ni el Partido Radical, ni la DC lograron elegir al menos un constituyente.
Frente a esta situación, se ha levantado un falso dilema: “entrar o no entrar al gobierno del presidente Boric”. Así, un grupo de militantes, con la colaboración de medios de comunicación, ha realizado declaraciones y ha promovido actividades para mostrar que “éste no es nuestro gobierno”.
¡Ello no constituye ninguna novedad! Nosotros votamos mayoritariamente por el actual gobierno sin pedir nada a cambio y en la última Junta Nacional del 21 de enero del presente año definimos nuestra actitud como la de una “colaboración con autonomía”.
Falso dilema, porque en toda democracia sana es el gobierno que invita formalmente a los partidos que le interesa que formen parte de su gobierno y dichos partidos deciden su actitud a través de sus mecanismos institucionales. Obviamente, en nuestro caso, ninguna de esas cosas ha ocurrido.
Frente a esta realidad, un importante número de destacados militantes de base de todo el país ha elaborado un documento titulado: Aún tenemos tiempo, que ha sido entregado a la Directiva Nacional para que sea discutido en el Consejo Nacional y en la Junta Nacional de la Democracia Cristiana.
Se propone, en dicho documento:
1) dejar atrás la reciente estrategia fracasada y trabajar por una unidad política y programática amplia de la DC y de todos los sectores progresistas para enfrentar los próximos eventos electorales.
2) apoyar, entre otras, las reformas profundas en previsión, en salud y en reforma tributaria que impulsa el actual gobierno por la simple razón de que corresponden a nuestra búsqueda permanente de la justicia social y no tenemos motivos para oponernos, ni para hacerle el juego a los que todo lo obstaculizan.
3) combatir y denunciar el comportamiento crecientemente sedicioso de la derecha política y económica.
Esta discusión decisiva importa al futuro del país y no sólo al futuro del partido demócrata cristiano.