Opinión

Tres claves de participación ciudadana

Por: Diario Concepción 08 de Mayo 2023
Fotografía: Cedida

Ariel Yévenes Subiabre
Analista Observatorio de Corbiobío
Académico UBB

Despejadas las interrogantes respecto de la participación ciudadana que se registraría en el acto electoral que recientemente celebramos para elegir la composición del Consejo Constitucional 2023 y en lo cual, por lo visto hasta el momento en que se escribe esta columna, se registraría una participación bastante activa, si bien no a los niveles históricos de la ocasión en que la propuesta de nueva constitución resultó rechazada, pero convengamos que bastante más elevada a lo que veníamos acostumbrando previo a ello.

Emergen algunas claves relevantes de poner en el tapete, más allá de los números y registros de participación que se alcancen y que tienen que ver con elementos de orden más cualitativo, que podrían ayudar a contar con una visión un poco más integradora respecto de lo que los fríos números a veces entregan. En primer término, todo indica que el voto obligatorio tiene un efecto importante sobre la participación, más allá de multas y posibles sanciones que puedan esgrimirse para quienes se restan del proceso. En este sentido, a pesar de muchos diagnósticos que puedan señalar apatía, falta de interés y de preocupación del ciudadano promedio respecto de los devenires políticos, lo cierto es que la disciplina aun impera en este sentido y prueba de ello no es sólo el incremento evidente en la participación sino también las filas de quienes, estando con dificultades para participar del proceso, acudieron a excusarse, en cumplimiento a lo señalado por la ley.

En segundo lugar, no obstante lo anterior, persiste la sensación de que en esta oportunidad se trata también de una participación ciudadana que ha tenido a su disposición menor volumen y profundidad de información, para contar con una decisión electoral más cabal. Queda la sensación de que la política tradicional aun no logra una utilización más productiva de las nuevas tecnologías y en efecto, la información sigue siendo limitada y no logra ir más allá de cierta folletería y material tradicional, que cada vez logra tener menos capacidad informativa relativa. En efecto, la participación ciudadana aquí se ve limitada en lo cualitativo, más allá de lo que señalen los números de votos válidamente emitidos. Por cierto, aquí hay mucha tarea y desafío pendiente para que la política mejore su quehacer.

Y en tercer lugar, emerge la necesidad de elevar la calidad del debate, lo que sigue siendo un desafío pendiente, superando los meros eslóganes, etiquetas y frases para el titular de los medios. Se requiere aquí que los participantes de la política aborden en serio aquellos problemas y desafíos que el país y sus regiones tienen, asumiendo también aquellas limitaciones con que objetivamente se encontrarán en el ejercicio de sus funciones, ya sea por las atribuciones de los cargos a los cuales postulan, como también por situaciones que muchas veces se terminan imponiendo por el carácter de los hechos.

Mirando estos tres elementos en perspectiva constructiva por parte de los actores, seguramente la política mejorará paulatina y sostenidamente en Chile y con ello, los liderazgos saldrán fortalecidos, en beneficio de los grandes proyectos de futuro que nuestros país requiere abordar.

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