Ana Araneda Gómez
Consejera Regional del Biobío
Una ciudad esponja se caracteriza por maximizar la absorción y retención del agua lluvia, reducir la cantidad de agua que se descarga como aguas residuales y promover la sostenibilidad urbana. En este sentido, la región del Biobío en sí, tiene un gran potencial para ser una ciudad esponja al poseer una gran cuenca hidrográfica, lagos, lagunas, humedales en ciudades y campos, pudiendo almacenar y redistribuidor de aguas, conllevando a su vez, disminuir los graves problemas que tenemos actualmente, como es la sequía por crisis climática y su uso intensivo del recurso en los distintos procesos productivos.
El concepto de ciudad esponja se basa en el uso de técnicas de infraestructuras verdes y prácticas de gestión sostenible del agua para imitar el ciclo natural del agua y reducir el impacto de inundaciones por ejemplo y ser también un sumidero de gases contaminantes.
En una ciudad esponja, los espacios verdes como los parques, los jardines y los techos verdes, junto con las superficies permeables como los pavimentos permeables, se utilizan para absorber y filtrar el agua de lluvia. Además, pueden utilizar sistemas de recolección y reutilización de agua de lluvia para reducir la demanda de agua potable y reducir la cantidad de agua de lluvia que se descarga en las redes de alcantarillado.
Por otra parte, dentro de los objetivos de la Región del Biobío es alcanzar la Carbono Neutralidad al año 2050, sujeto a los Objetivos del desarrollo Sustentable de la Organización de las Naciones Unidas, a nuestra ley de Marco Cambio climático y localmente a nuestra política Pública de Biodiversidad.
Esta agenda de Carbono neutralidad busca alcanzar la neutralidad en las emisiones de gases de efecto invernadero en la producción y uso de energía en las comunas y ciudades, desafíos que paralelamente trabaja el mundo para hacer frente a la crisis climática, es por eso, que ciudades esponjas y la carbono neutralidad tienen una relación directa ya que ambas buscar reducir el impacto ambiental de las ciudades y promover la sostenibilidad urbana. En este sentido, una ciudad esponja puede contribuir a la carbono neutralidad, ya que al reducir la necesidad de tratamientos de aguas residuales, se disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero, además las prácticas de infraestructura verde utilizadas en una ciudad esponja, como la plantación de árboles y la creación de espacios verdes, pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a la carbono neutralidad.
La Región del Biobío tiene grandes oportunidades y desafíos, más aún, cuando hemos recientemente vivenciado eventos de incendios forestales con más de 200.000 hectáreas quemadas, agudizando esta crisis climática, déficit hídrico y reducción de biodiversidad. La gestión de ciudades esponjas nos permitirá proteger el medio ambiente al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr alcanzar la carbono neutralidad que además permitirá mejorar la salud pública ya que la contaminación del aire y del agua asociada con la producción y el uso de combustibles fósiles tienen un impacto significativo en efectos adversos a la salud pública.