MILITZA SAAVEDRA MONTERO
Jefa de Proyecto Educa – Innova Biobío Fundación Educación 2020
Tan solo en el año 2021, 40 mil niños, niñas y jóvenes abandonaron el sistema educativo, siendo 1º medio el nivel con mayor porcentaje de deserción. Reducir la exclusión educativa, ausentismo y desmotivación escolar es el gran desafío país y la región del Biobío no está ajena. Para ello, es fundamental entregar experiencias de aprendizaje que sean significativas y pertinentes, que potencien la motivación y el vínculo de la escuela con su territorio.
El Plan Piloto Educa Innova Biobío, que desarrollamos desde Educación 2020 en alianza con el Gobierno Regional del Biobío, avanza en esa línea y pone el foco en la relación territorio-escuela, en la convicción de que las y los jóvenes tienen mucho que aportar a la generación de conocimiento para resolver problemáticas de sus propias comunidades, apoyando a la región a ser un ecosistema más competente, empático y emprendedor, favoreciendo, a su vez, la motivación y el sentido al aprendizaje.
¿Cómo reducir la brecha entre las habilidades que desarrollan hoy en día estudiantes de enseñanza media y las habilidades que de verdad requieren para enfrentar los desafíos regionales y globales en un mundo cambiante, incierto y acelerado? Desarrollando competencias para el siglo XXI, que impliquen liderazgo, innovación y colaboración con pertinencia territorial desde la etapa escolar. Necesitamos, en palabras de Simón Acuña, jefe de la División de Desarrollo Social y Humano del GORE Biobío, “que los niños, niñas y jóvenes sean protagonistas de su región y se perfilen como el capital que el Biobío necesita”.
Confiamos en que este programa piloto, que beneficiará a más de 800 estudiantes de 1º y 2º medio de 10 establecimientos educacionales de alta vulnerabilidad de la provincia de Concepción, permitirá, además de robustecer la reactivación educativa, alimentar la política regional de educación, involucrando de manera clave a los distintos actores del territorio, pues la educación y sus desafíos no sólo requieren del mundo educacional, sino de la sociedad en su conjunto. Es fundamental generar iniciativas como estas, con pertinencia local y que articulen a diversos actores, confiando y promoviendo decididamente que las y los jóvenes se conviertan en agentes de cambio que incidan en el desarrollo de sus territorios.