Wladimir Hermosilla Rubio
Jefe de Programa Especialidad Médica en Psiquiatría del Niño y el Adolescente Ucsc
La depresión se considera un trastorno del ánimo que se puede presentar en cualquier momento de la vida de una persona, siendo en las niñas, niños y adolescente (NNA) modulado por el período evolutivo que se encuentra la persona. Por lo que un cuadro depresivo se puede manifestar y expresar en diferentes conductas que llamarán la atención muchas veces a las personas adultas que interactúan con las NNA en forma habitual.
Las manifestaciones clínicas de un episodio depresivo pueden ser muy diversa. Se han definido, en general, cuatro dimensiones básicas de la depresión: alteración del humor (ánimo bajo y/o irritabilidad), disminución del nivel de energía y de los impulsos, aislamiento social e incomunicación o alteraciones de ritmos biológicos (apetito, sueño, etc.)
Se ha observado que las depresiones de “inicio temprano”, antes de los 15 años, se asocian más a factores estresores externos de las NNA, como, por ejemplo: patología psiquiátrica en uno o ambos progenitores, o situaciones de violencia intrafamiliar, como también situaciones de acoso y/o matonaje escolar, entre otras. En contraparte las depresiones de inicio más tardío se asocian más a factores genéticos y de la neurofisiología cerebral, que se asocia con los efectos del estrés prolongado en las personas. Por lo anterior, siempre es relevante conocer antecedentes familiares de depresión.
Se debe destacar que una de las características clínicas que se observa en las personas que padecen un episodio depresivo es la pérdida del interés y/o disfrute por actividades usuales (anhedonia) y la tendencia hacia el autorreproche o exceso de sentimientos de culpa. También existe alteraciones en las capacidades de atención, memoria, concentración e incluso para tomar decisiones, lo que genera en una baja en el rendimiento académico de NNA.
Asimismo, es frecuente observar la presencia de ideas de muerte recurrentes, que evolucionan hacia ideas suicidas y/o planificación, intentos suicidas y suicidios consumados lamentablemente en los casos más severos. Otros síntomas de depresiones graves son la presencia de ideas delirantes (de ruina, menoscabo, perjuicio), fenómenos alucinatorios (mayormente auditivos), lo que se denomina depresión grave con síntomas psicóticos.
Por último, hay que mencionar que los jóvenes se puede dar la comorbilidad de cuadros depresivos asociado al consumo perjudicial o nocivo de sustancias psicoactivas, como son el alcohol, marihuana, drogas estimulantes, entre otras. Lo que, en general, empeora el pronóstico de la enfermedad y dificulta el tratamiento.